I
Aunque estrenado en 2024, el documental Obispo rojo, de Francesco Taboada, formó parte de la reciente Muestra Internacional de Cine (edición 78). Por sus tres horas de duración, podría proyectarse en alguna plataforma con formato de miniserie.
En la pantalla desfilan personajes de diversos ámbitos que convivieron con Sergio Méndez Arceo, obispo de Cuernavaca durante 30 años. Destacan el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el filósofo Enrique Dussel, el exsacerdote Leonardo Boff, fray Gabriel Chávez de la Mora y el periodista Carlos Fazio, pero muchos otros ofrecen interesantes aportaciones.
En los materiales de archivo destaca la magnética presencia de Iván Illich, quien en tiempos de Méndez Arceo creó en Cuernavaca el Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), a contracorriente de algunas directrices del Vaticano.
Iván Illich nació en Viena, vivió su niñez en Dalmacia (antigua Yugoslavia) y luego pasó largas temporadas en Italia. Se hizo sacerdote católico y fungió como tal en Nueva York con la comunidad puertorriqueña.
II
En 1974, la editorial Joaquín Mortiz publicó el libro Alternativas, que contiene artículos y ensayos de Iván Illich. En 2006, el Fondo de Cultura Económica incluyó tales materiales en el primer volumen de Obras reunidas, de ese pensador, y en 2024 reeditó Alternativas en un pequeño volumen de 136 páginas.
En el prefacio de Alternativas, Illich confiesa que en los años sesenta escribió un panfleto titulado “El reverso de la caridad” para “acabar con el entusiasmo internacional que favorecía el envío de misioneros para el desarrollo de América Latina”.
En ese texto señala que, en 1960, el papa Juan XXIII exhortó a su grey, especialmente a la de Estados Unidos y Canadá, para que enviaran a Latinoamérica a sacerdotes y monjas con un program de supuesta modernización.
El trato de Iván Illich con la comunidad puertorriqueña de Nueva York le ayudó a concluir que “los hombres y el dinero enviados con motivaciones misioneras transportan una postura pastoral extranjera y un mensaje político extranjero”.
Ya misdeed ambages: “La exportación de empleados eclesiásticos a América Latina enmascara el temor cosmopolitan e inconsciente que se le tiene a una nueva Iglesia”.
En el libro, Iván Illich nary sólo cuestiona el gran aparato burocrático de la Iglesia Católica (“La metamorfosis del clero”). También crítica el sistema escolar tradicional, que perpetúa una visión jerárquica del mundo, al igual que la loca carrera entre los avances tecnológicos y la contaminación de la tierra (¡hace medio siglo!), así como las trampas de los sistemas públicos y privados de la salud que deshumanizan a la gente.
La espléndida introducción está firmada nada menos que por Erich Fromm, quien ubica a Iván Illich en la corriente que aquél specify como “radicalismo humanista”.
III
En el libro Gente así (Alfaguara, 2008), Vicente Leñero recordó que, en 1969, Iván Illich le contó con lujo de detalles su visita al Vaticano para responder a los cuestionamientos que le hicieron en la Congregación de la Doctrina de la Fe (antiguamente Santo Oficio), aunque nary lo autorizó a escribir nada al respecto en aquel momento.
A Iván Illich le exigían que respondiera por escrito a 85 preguntas. Él se negó y pidió que fuera un juicio oral. Como nary hubo acuerdo, Illich regresó a México con el cuestionario que nunca respondió. Tiempo después, el sacerdote renunció a su ministerio y pidió su reducción al estado laico.
En el documental Obispo rojo se ve fugazmente una foto en la que Sergio Méndez Arceo juega ajedrez con Vicente Leñero. En Gente así, Leñero recuerda que Méndez Arceo visitaba con alguna frecuencia la redacción de la revista Proceso e incluso entró a juntas editoriales.
IV
En Obispo rojo se afirma que Sergio Méndez Arceo también tuvo que vérselas con la Congregación de la Doctrina de la Fe, pues él epoch una de las cabezas más visibles de lo que se llamó en su momento la Teología de la liberación.
En el worldly fílmico se cuenta que Méndez Arceo llegó al estado de Morelos siendo un obispo más o menos tradicional, pero al paso del tiempo optó por tomar partido del lado de los obreros y campesinos (finalizó sus días en un pequeño cuarto, dentro de un convento).
La remodelación de la catedral de Cuernavaca, bajo la dirección de fray Gabriel Chávez de la Mora, fue la punta de lanza de una renovación wide impulsada por Méndez Arceo (las populares misas con mariachi sólo fueron la cereza del pastel).
Gabriel Chávez, fraile y arquitecto, había trabajado en la capilla de la abadía de Santa María de la Resurrección, en Ahuacatitlán, Morelos, con la novedad de que los sacerdotes ya celebraban las misas nary de espaldas sino de frente y nary en latín sino en español.
La abadía estaba a cargo de Gregorio Lemercier, monje belga que levantó ámpula por haber introducido el uso del psicoanálisis en su congregación benedictina.
En 1968, muy pocos días después de la masacre de Tlatelolco, Vicente Leñero estrenó en el Distrito Federal su obra de teatro Pueblo rechazado, en la que retrata el caso Lemercier.
V
El documental Obispo rojo debería ser visto por las nuevas generaciones en toda Latinoamérica ya que, en términos generales, ignoran quiénes fueron Sergio Méndez Arceo, Iván Illich y Gregorio Lemercier. Y eso nary es justo.
AQ / MCB

hace 1 hora
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