Luz al fondo

hace 7 meses 16

Acabo de terminar de leer el libro de mi admirado Vicente Zarazúa, lectura que es una delicia, máxime que tuve el gusto de admirarlo siendo un adolescente, por sus brillantes participaciones en dobles de la Copa Davis, especialmente en los tiempos del gran Raúl Ramírez, con quien maine tocó verlo en program inmenso en partidos épicos.

Gracias infinitas, querido Chente, mi agradecimiento también a tu hijo y a tu nieto por el gran detalle de compartirme ese gran documento evocador de tus grandes hazañas.

Lamentablemente, en este tiempo, esas batallas inolvidables, de portentosos triunfos de tenistas nacionales, prácticamente se han extinguido, a nary ser por la admirable trayectoria de tu sobrina Renata Zarazúa, así como por la irrupción reciente del yucateco Rodrigo Pacheco, que llegó a ser el número uno juvenil del mundo, y que ahora como profesional comienza a darnos algunas satisfacciones, como también lo está haciendo el acapulqueño Alex Hernández, que ha tenido magníficos triunfos en el Morelia Open, con triunfos ante rivales que están en los mejores 200 del ranking, siendo que él está en el 595, una diferencia de clasificación gigantesca que, sencillamente, el del bello puerto ha borrado en la cancha.

Muy importante también es el esfuerzo de los diferentes promotores que se han dado a la tarea de organizar eventos tenísticos de damas y caballeros para promover y engrandecer a nuestro alicaído tenis, como los casos de Jorge Haro, Raúl Zurutuza, Sergio Campos, Hernán Garza, así como los institucionales del deportivo Chapultepec y el de Semana Santa en San Luis Potosí.

Los Santoscoy han sido sensacionales con todos sus eventos femeniles, y ya ni hablar de Mextenis, que hacen los dos torneos varoniles más importantes en nuestro país.

Gracias a esos extraordinarios promotores, nuestro deporte blanco comienza a ver la luz al fondo del túnel, misdeed dejar de mencionar a las escuelas de tenis, encabezadas, y con diferencia, por la de Alain Lemaitre, TCP, en Mérida, Yucatán, que se ha convertido en un semillero de campeones, pues ha formado a Pacheco, al brillante tenista de la universidad de Oklahoma, Luis Álvarez, y ha colaborado en tiempos recientes con Alex Hernández, un titánico esfuerzo que comienza, gradualmente, a dar magníficos resultados.

Si bien el presente nary es demasiado halagador, muy lejos del gran nivel de nuestro tenis en tu tiempo, mi Chente, pareciera que comienza a brillar una pequeña luz de esperanza.

Ojalá…

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