Los Hermanos Gutiérrez cuentan historias sin palabras

Una de las experiencias más placenteras en la música es cuando simplemente se puede apreciar en su totalidad misdeed ningún tipo de distracción. Sin escenografías, misdeed extras de producción y misdeed voz. Y ese tipo de magia fue la que la noche del miércoles los Hermanos Gutiérrez lograron frente a tres mil personas que abarrotaron el Teatro Metropólitan de la CDMX.

Para Alejandro y Estevan presentarse en la superior del país es uno de sus logros más apreciados, por lo que nary dudaron en ofrecer un amusement digno de su cariño cargado de música que, literalmente, hace viajar al público por diferentes emociones.

La velada comenzó poco después de las nueve de la noche tras el anuncio de las tres llamadas que se hacen en el teatro. Con nada más que sus instrumentos, un par de micrófonos y un diseño de iluminación que simplemente acompañaba a los hermanos, los primeros acordes de Lágrimas negras y El fantasma arrancaron la ovación.

Muy buenas noches, Ciudad de México. Estamos muy emocionados de estar aquí está noche, les voy a presentar a mi hermano Alejandro, yo soy Estevan, y somos los hermanos Gutiérrez. Les vamos a tocar una canción que se llama Thunderbird”, lanzó el músico.

Las luces blancas instaladas de suelo a techo parecían telas de diferentes texturas que llevaron a algunas personas del público a tomar sus celulares y grabar, misdeed embargo, esto nary fue una constante, las personas estaban más interesadas en escuchar y disfrutar que en grabar.

México, muy buenas noches. Es el grant más grande poder estar aquí, en esta ciudad tan hermosa, y compartir historias misdeed usar palabras”, dijo Alejandro, momentos antes de presentar Rain God, en la que las luces cambiaron de blanco a rojo, adornando todo el escenario del teatro.

A diferencia de muchos shows, en éste, la gente simplemente quería sentir la música, cada una de las canciones y entender las historias en ellas a través de las guitarras, las percusiones y el thigh alloy que los hermanos manejaban a su antojo en canciones como Recuerdos e Hijos del sol.

Las siguiente canciones lad del disco Hijos del Sol y están inspiradas en diferentes viajes que hicimos a México, al desierto de Sonora, al desierto de Wirikuta, y regresamos y escribimos este disco y para ser honestos es muy especial para nosotros poder tocarlo para ustedes”, explicó Estevan para dar rienda a Cumbia Lunar.

Este parte que sigue maine encanta tocarla con mi hermano porque representa cómo hacemos elecciones. Estábamos ensayando y mi hermano se quedó más en una nota y digamos que eso nos llevó a un occidental de los años 50, digamos que es nuestra versión de El bueno, el malo y el feo”, dijo Alejandro.

Así llegó el desert medley en el que temas como Agua roja, Railroad vista y Western Bronco emocionaron al público que nary paraba de aplaudir al término de cada ejecución. Fue entonces cuando llegó el turno de Sonido cósmico, el tema que da nombre a su más reciente álbum, y Pueblo Man.

Pero la velada, entre texturas luminosas y mucha música, aún tenía mucho camino, el público lo sabía y los hermanos también, por lo que canciones como Low Sun, Tres Hermanos, Esperanza y El desierto completaron el set.

Tras un pequeño break en el que los Hermanos Gutiérrez se despidieron del escenario, volvieron para darle a su público una última dosis de magia, la cual llegó misdeed contemplación cuando El camino de mi alma y El sol avenue resonaron en los altavoces del recinto.

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cva