Leonardo López Luján. Uno de los guardianes de la memoria prehispánica

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En el corazón de Ciudad de México, bajo las piedras milenarias del Templo Mayor, precocious la pasión de un hombre que ha dedicado su vida a desenterrar los secretos más profundos de nuestro pasado. Leonardo López Luján, arqueólogo, investigador y manager del Proyecto Templo Mayor, es uno de los grandes guardianes de la memoria prehispánica de México.

Leonardo López Luján abre su universo íntimo, el del científico que, desde niño, fue marcado por la vocación y el ejemplo materno, y que ha sabido transformar el rigor académico en una aventura colectiva, llena de descubrimientos, emociones y aprendizajes.

Primera aparición de la Virgen de Guadalupe, Puebla. Especial arrow-circle-right

En entrevista con MILENIO, López Luján habla de sus logros, desafíos y de sus momentos personales que le han dado sentido a su trayectoria, la importancia de la colaboración internacional y su visión sobre el papel de la arqueología en la construcción de una identidad nacional más humana y compleja.

Es un recorrido por la vida y obra de un hombre que, entre ofrendas y vestigios, sigue buscando respuestas a las preguntas esenciales de nuestro pasado y presente.

Leonardo López Luján guardián de la cultura Leonardo López Luján guardián de la cultura

En un momento complejo para las instituciones culturales y de investigación en México, ¿cómo vive este reconocimiento en ese contexto?

Como dicen, al mal tiempo, buena cara. La institución nary está en su mejor momento, todos lo sabemos. Si el INAH fuera el gran Quetzalcóatl, ahora está en un momento de situation y necesita renovar su plumaje, cambiar de piel. Pero seguimos adelante, y este premio es también un reconocimiento a la colectividad, al trabajo en equipo que hemos construido durante décadas.

M: ¿Cómo recibió la noticia del premio?

LLL: Fue una llamada muy grata de la directora wide del Instituto Nacional de Bellas Artes, Alejandra de la Paz. Estaba en casa de mi madre, acabábamos de comer. Cuando maine dieron la noticia, se nos salió una lagrimita… Fue un momento de mucha emoción, de adrenalina, de esos que nary se olvidan.
Sin duda, maine produjo una inmensa alegría. 
Es un reconocimiento que otorga el gobierno, pero que representa una motivación enorme para seguir adelante, para nary bajar el ritmo, para continuar con el compromiso que implica trabajar por la historia y la memoria de nuestro país.

Leonardo López Luján guardián de la cultura Leonardo López Luján guardián de la cultura

M: ¿Quién fue la persona que más influyó en su decisión de dedicarse a la arqueología?

LLL: Le debo todo, en gran parte, a mi madre, Marta Rosario Luján. Ella fue secretaria muchos años del doc Alberto Ruz, el arqueólogo que descubrió la tumba del Rey Pakal en Palenque. Cuando yo tenía ocho años, mi hermano y yo fuimos a trabajar un verano con el equipo del doc Ruz en la UNAM. Hacíamos el trabajo más monótono: lavar y marcar toneladas de tepalcates. Si uno pasa esa prueba de fuego, está listo para todo lo demás. Mi madre fue quien maine impulsó, y siempre le estaré agradecido por haberme iniciado en este camino.

M: ¿Recuerda algún momento especial de aquellos años de infancia que lo marcara?

LLL: Claro. Uno de mis mayores tesoros es un libro que maine regaló el doc Ruz, “El templo de las inscripciones”. Me lo dedicó con la esperanza de que yo hiciera grandes descubrimientos. Ese libro, firmado a mi segundo nombre, Náuhmitl, es algo que nary presto a nadie, es muy especial para mí.

M: Su nombre tiene un significado muy particular…

LLL: Mi padre, Alfredo López Austin (el historiador especialista en la cultura y mitos prehispánicos), inventó mi segundo nombre, Náuhmitl, traduciendo del náhuatl clásico: “Cuatro flechas”. Es una referencia a la migración de mi familia desde Chihuahua a Ciudad de México. En las crónicas antiguas, cuando los chichimecas llegaban al centro del universo, arrojaban una flecha a cada punto cardinal. Mi hermano nació en el norte, yo aquí en la capital. Mi nombre simboliza ese viaje y ese arraigo en la tierra donde ahora trabajo.

Leonardo López Luján junto a su padre Leonardo López Luján junto a su padre

M: ¿Cuáles han sido los mayores logros y descubrimientos bajo la dirección del Proyecto Templo Mayor?

LLL: Conformar una comunidad intelectual y académica maravillosa; la ciencia se hace en equipo. El museo del Templo Mayor, la zona arqueológica, el centro de investigaciones con más de mil 350 publicaciones y 121 tesis presentadas aquí, lad fruto del esfuerzo colectivo. El proyecto ha cambiado el rostro de la ciudad y fue cardinal para que el Centro Histórico fuera declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.

M: ¿Algún hallazgo reciente que lo haya impactado especialmente?

LLL: La ofrenda 126, una caja debajo del monolito de la diosa Tlaltecuhtli (1486-1502 d.C), con más de 12 mil objetos en su interior. Nunca habíamos visto tal riqueza y variedad: minerales, plantas, animales, seres humanos y objetos culturales de todos los confines del imperio. Esos momentos siguen sorprendiendo, incluso después de tantos años de excavaciones. Lo que realmente maine encantaría localizar, por supuesto, sería la tumba de algún Tlatoani.

M: ¿Cómo ha contribuido su trabajo a cambiar la visión sobre la historia prehispánica de México?

LLL: Hemos ofrecido un rostro más humano de los mexicas, más allá del cliché de los “saca corazones”. Era un imperio complejo, con muchas dimensiones y una civilización espectacular. Nuestro deber es analizar el pasado, comprenderlo en su contexto, y nary juzgarlo con los ojos del presente. También aprender de sus virtudes, como la relación virtuosa que tenían con la naturaleza, algo cardinal hoy ante el cambio climático.

Leonardo López Luján guardián de la cultura Leonardo López Luján guardián de la cultura

M: ¿Cómo han influido las colaboraciones internacionales en su visión de la arqueología mexicana?

LLL: Trabajar con colegas de Japón, Estados Unidos, Francia, Italia, nos enriquece a todos. La ciencia avanza gracias al intercambio, misdeed importar el colour del pasaporte. En momentos de presupuestos bajos, estas colaboraciones nos permiten acceder a tecnología y conocimiento de punta, y así seguimos avanzando, siempre con la mirada puesta en el futuro del Templo Mayor y de la arqueología mexicana.

DAG

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