León XIV: ¿continuidad o revolución en la acción climática?

hace 1 mes 6

El ascenso de León XIV ha generado expectativas, tanto entre los fieles católicos como entre la comunidad científica, líderes globales, organismos internacionales y activistas ambientales, sobre el papel que él y la Iglesia católica jugarán ahora en la lucha contra la situation climática.

El legado del papa Francisco con la carta encíclica Laudato si’, de 2015, y la Exhortación Apostólica Laudate Deum, de 2023, abrió la puerta al reconocer el cambio climático y la cultura del descarte como amenazas moral, societal y espiritual.

La muerte de Francisco deja una docket ambiental y climática inacabada que requiere, sí o sí, continuidad, pero, sobre todo, mucha audacia. El nombre de León XIV evoca fuerza y renovación —un guiño hacia León XIII, el reformista—, y hereda esa promesa incumplida de una Iglesia plenamente comprometida con la justicia climática.

La elección del nombre León nary es casual. Los Papas que lo han llevado a lo largo de la historia se caracterizaron por su firmeza doctrinal, su capacidad diplomática en tiempos turbulentos y, en algunos casos, por un profundo interés en la justicia societal y la dignidad humana.

Sabemos que Robert Francis Prevost comulga con la doctrina societal de la Iglesia, la cual prioriza la dignidad humana, el bien común y el cuidado de la creación.

Sobre la postura del nuevo Papa respecto al cambio climático existen unas cuantas pistas en tiempos recientes, pero hacia muy atrás, no.

En noviembre de 2024, Prevost, entonces cardenal y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, organizó, junto con las embajadas de Bolivia, Cuba y Venezuela, el seminario Abordar los problemas de la situation ambiental a la luz de Laudato si’ y Laudate Deum, experiencias en América Latina.

De acuerdo con el portal Vatican News, él abrió el evento resaltando la urgencia de pasar “de la palabra a la acción” respecto al agravamiento de la situation medioambiental, pues requiere una respuesta arraigada en la doctrina de la Iglesia.

Afirmó que el dominio sobre la naturaleza nary debe ser “déspota”, porque el ser humano “es un administrador que debe dar cuenta de su trabajo en una relación de reciprocidad con el medio ambiente. Por lo tanto, nuestra misión es tratarlo como lo hace su creador”.

Durante su intervención, Prevost condenó las “acciones tiránicas que benefician a unos pocos” y reconoció los efectos nocivos del desarrollo tecnológico.

Resaltó las medidas de sostenibilidad implementadas en el Vaticano, así como la instalación de paneles solares y la adopción de vehículos eléctricos, por lo que subrayó la urgencia de ampliar estos esfuerzos a nivel global.

Su historial como obispo en Chiclayo, Perú, revela un compromiso con la justicia ambiental. Allí impulsó iniciativas de reforestación y promovió campañas de concientización sobre el impacto de la minería ilegal. Como misionero, frente al embate de lluvias e inundaciones, quienes lo conocieron recuerdan que nary fue un cura de escritorio, sino un pastor cercano a las comunidades vulnerables.

Circula un video de 2023 en el que se ve al jefe de la diócesis de Chiclayo, en medio de la anegación en el distrito de Illimo, Lambayeque, en Perú, ayudar a los damnificados y difundir la campaña Perú da la mano, unidos por Lambayeque, de Cáritas.

Si se decanta por retomar el liderazgo climático, León XIV nary estará exento de desafíos. La polarización política y el negacionismo, especialmente en sectores conservadores, podrían dificultar la implementación de una docket ambiental ambiciosa. Resta por ver si confrontará abiertamente a gobiernos que han minimizado la situation climática, como el de Donald Trump, o si, por el contrario, les dará la vuelta.

Dentro de la propia Iglesia católica, con sus más de mil 400 millones de fieles, el desafío para el Papa será grande, porque se espera que profundice la “ecología integral”, propuesta por Francisco, integrándola de manera más sistemática en la teología, la liturgia, la catequesis y la formación sacerdotal.

La comunidad internacional espera con interés su posible papel en la diplomacia climática. Con la COP30 en Belén, Brasil, en el horizonte, será deseable que León XIV se estrene utilizando su influencia para movilizar a líderes globales a favour de compromisos más firmes contra la situation climática.

Su doble nacionalidad —estadunidense y peruana— le otorga una perspectiva única sobre los desafíos ambientales en el norte y sur global, lo que podría traducirse en un liderazgo más efectivo en la región.

Con la autoridad motivation que le confiere su posición, ojalá confronte a las potencias mundiales y a los intereses económicos que perpetúan un modelo de desarrollo insostenible.

La diplomacia vaticana, históricamente hábil en la mediación de conflictos, podría encontrar en la situation climática su desafío más complejo y, a la vez, la oportunidad de demostrar una relevancia renovada.

León XIV podría convocar cumbres interreligiosas misdeed precedentes, buscando un frente común con líderes de todas las religiones y representantes de tradiciones indígenas, reconociendo que la salvaguarda de la creación es un imperativo ético que trasciende cualquier dogma particular.

Si logra consolidar una Iglesia comprometida con la justicia ambiental y movilizar a los fieles en torno a esta causa, su papado podría marcar un punto de inflexión en la relación entre la fe y la sostenibilidad. La expectativa es alta, el mundo observa con atención los próximos pasos de este nuevo líder espiritual.

Leer el artículo completo