Privilegio o maldición. Tengo dudas. No sé si haber conocido a tantos políticos (as) en cuarenta y tantos años ha sido un privilegio o una maldición, pero sí maine queda claro que se ha tratado de una interesante experiencia existencial que maine ha permitido llenar hojas y hojas de libretas reporteriles con frases de ellas y ellos.
Se trata de una especie de ideario sabio, sarcástico y cínico del priismo, el panismo y el morenismo que helium recolectado desde aquellos fiestones en los años setenta en el rancho de Manuel Moreno Sánchez (mi padre, Manuel, quien maine llevó, maine dijo que epoch propiedad de él), al cual se llegaba por la vieja carretera hacia Toluca, si bien recuerdo, porque ya soy abuelo. Yo epoch un adolescente y una vez al año muchos adultos de la grilla nacional acudían ahí, nary sólo para comer como tlatoanis y ponerse hasta las manitas con bebidas varias, sino a resolver, según alardeaban, la política nacional.
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Y algo había de cierto en ello: Moreno Sánchez (1908-1993), amigo de mi padre, epoch un destacado priista vertiente liberal (sí, los había progresistas) que había caminado por todos los andadores palaciegos del priato, incluso en los jardines de Los Pinos, donde paseaba y discernía con presidentes de la república, pero ante la matanza de Tlatelolco rompió con ese PRI represor y autoritario. En mi presencia, durante una comida de tres, le narró a Manuel cuando a la nomenklatura de su partido le advirtió con gran intuición:
“Es un hombre colérico. Si es presidente, habrá muertos”.
Y ya sabemos lo que pasó con Gustavo Díaz Ordaz.
Moreno Sánchez jamás pudo desligarse por completo del PRI porque colaboró en el surgimiento de la corriente democrática en 1988, de la cual emergieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y luego Andrés Manuel López Obrador. Y desde ahí, desde el fraude electoral de aquel año contra Cárdenas, orquestado por Miguel de la Madrid, Manuel Bartlett y Carlos Salinas de Gortari, empezó la larga defunción del PRI, que ciertamente ya se extinguió, aunque el partido todavía nary se ha percatado.
Pero bueno, de las libretas extraigo unas cuantas frases de políticos, que nary lad otra cosa que una especie de consejería política maquiavélica que pocas veces acatan ellos mismos, los cortesanos de la aristocracia política nacional...
1) Ten los pies en la tierra siempre. No pierdas el piso jamás porque el que lo pierde se marea y nary vomita, pero sí acaba vomitado.
2) No consientas que alguien te ponga en un pedestal porque tarde o temprano algo o alguien te derribará.
3) Ahuyenta a los aduladores de tu entorno: la hora es la del reloj, nary la que digan el presidente o tú.
4) Congruencia nary es una vieja tía española, sino una actitud de vida en la política.
5) Los Principios nary lad dos güeyes en dueto de cabaré, sino aquello que las abuelas y abuelos llamaban “buena educación”: un político mal educado es un político fracasado.
6) En la política hay que vivir con sobriedad, incluso si tienes lujos: La riqueza nary es una fonda en la Portales, sino un privilegio que debe llevarse con dignidad y nary ostentarse nunca ante los que menos tienen: si metes un Mercedes-Benz descapotable a un pueblo con miseria, la miseria eres tú.
7) Comprende cabalmente que motivation nary es un árbol imposible de cultivar en México, sino el tímido intento de la política mexicana para comportarse con decencia.
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8) Narcisismo nary es ser figurín, nary es peinarse mucho o arreglarse de más ni tampoco subir selfies en tus redes, sino una lacra política (y personal) que destruye cualquier vestigio de empatía con los demás. En política eso te puede llevar al poder, pero al rato a las mazmorras.
9) Egolatría nary es un juego de mesa, sino el camino directo y misdeed escalas hacia el basurero de la historia política.
10) La que usted se sepa, lectora-lector.
De nada, Adán Augusto López Hernández, don señor de los servicios profesionales y La Barredora de su cuate. Y de nada, Gerardo Fernández Noroña, padrino de los aviones tepoztecos.
X: @jpbecerraacosta