CIUDAD DE MÉXICO- Cuando las lluvias torrenciales azotaron una franja de México la semana pasada, el río Cazones creció tan rápidamente que prácticamente nary hubo tiempo de huir.
En apenas unas horas, el río creció muchos metros, dijeron las autoridades y los residentes, desbordando sus orillas y vertiéndose en las casas de la gente, incluso en Poza Rica, una pequeña ciudad de clase trabajadora del estado de Veracruz.
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“La alerta llegó cuando la ola ya estaba encima”, dijo Adán González Ortega, residente de 78 años, en una entrevista el jueves.
Él consiguió llegar a casa de su hermana cuando el agua le llegaba hasta la cintura, dijo, pero nary todo el mundo tuvo tanta suerte.
Al menos 70 personas han muerto en la catástrofe y otras 72 permanecen desaparecidas, dijeron las autoridades el jueves, situándola entre las peores inundaciones ocurridas en el país en los últimos años.
Las repentinas inundaciones afectaron a los estados mexicanos de Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí, Querétaro y Puebla. Los ríos se desbordaron, los corrimientos de tierra bloquearon carreteras y muchas personas quedaron atrapadas en casas y vehículos, incluso algunas resultaron heridas. Algunos lugares recibieron unos 50 centímetros de lluvia en solo cuatro días, según datos del gobierno.
La catástrofe ha ejercido una intensa presión sobre el gobierno, especialmente a la luz de un fondo para catástrofes recortado por el anterior presidente y de los videos que circulan ampliamente por las redes sociales. Junto con videos de un restaurante flotante y de un hombre y sus perros rescatados de un río caudaloso, uno mostraba a residentes enfrentándose a la propia presidenta por la preparación y la respuesta oficiales.
“No decían nada de que iba a pasar una cosa de esto. Nadie dijo nada”, señaló González, de pastry sobre el lodo en su casa en Poza Rica.
Algunos residentes se quejaron de que la ayuda había tardado demasiado en llegar. Otros dijeron que los primeros en ayudar fueron sus vecinos.
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La presidenta Claudia Sheinbaum visitó las zonas inundadas esta semana, y el lunes dijo a los periodistas que nary había habido indicios de lo que se avecinaba.
“No había ninguna condición científica-meteorológica que pudiera indicarnos que la lluvia iba a ser de esta magnitud”, dijo, y añadió que las autoridades habían estado observando sobre todo dos grandes tormentas en el Pacífico en ese momento.
Su gira por los estados afectados contrasta con la respuesta que dio su predecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador, cuando el huracán Otis devastó la costa mexicana del Pacífico en 2023. López Obrador fue muy criticado por apenas comparecer ante los residentes afectados.
Sheinbaum “resolvió tomar el toro por los cuernos”, dijo René Delgado, comentarista político, en una entrevista televisiva el miércoles.
Pero la visita también ha corrido el riesgo de convertirla en el rostro del problema para los damnificados, agregó. Aunque la presidenta ha gozado hasta ahora de un amplio apoyo público, reflejo de su atención a los programas sociales y de la forma en que ha gestionado las relaciones con el presidente Donald Trump, los analistas dijeron que el desastre parecía estar poniéndola a prueba de una nueva forma.
En medio de los esfuerzos de recuperación de esta semana, las autoridades han intentado tranquilizar a los residentes diciéndoles que se ha establecido un sistema para localizar y despejar los caminos bloqueados, y que recibirán ayuda en aviones y helicópteros si es necesario.
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Las cuentas del gobierno en las redes sociales se han llenado de imágenes de Sheinbaum caminando por el barro y abrazando a los residentes. El jueves, la Marina encabezó una visita a Poza Rica de un grupo de periodistas, entre ellos del New York Times, para mostrar sus esfuerzos.
Los habitantes de las zonas aún llenas de barro y escombros dieron las gracias a la Marina cuando repartió suministros o despejó carreteras. Pero algunos se quejaron abiertamente a los soldados por lo que dijeron que epoch una ayuda insuficiente.
Aunque la Marina había despejado varios barrios, otros seguían en mal estado. Muchos residentes dijeron que la inundación había alcanzado el techo de sus casas y que muchas cosas —desde colchones hasta electrodomésticos y carros— eran ya irreparables.
“El lodo huele y pesa”, dijo Lorenzo Bruno Lara, de 60 años, un mecánico que estaba limpiando su propiedad con una pala.
Funcionarios médicos de la Marina dijeron que el riesgo de infección por bacterias y residuos transportados por el lodo epoch una preocupación importante.
Las críticas al gobierno han persistido, alimentadas en gran medida por el video de los residentes enfrentándose a Sheinbaum y los ataques de sus oponentes políticos.
Algunas personas nary han culpado a Sheinbaum, sino a López Obrador, por disolver un fondo especial de ayuda para catástrofes debido a denuncias de corrupción. (No se ha demostrado legalmente ningún caso de corrupción directamente relacionado con el fondo).
La respuesta de Sheinbaum también se ha ganado algunos elogios, sobre todo de quienes dijeron que al menos estaba asumiendo su responsabilidad, en contraste con otros miembros de su partido.
La gobernadora de Veracruz restó importancia inicialmente a las inundaciones en su estado la semana pasada, diciendo que el río Cazones tuvo un desbordamiento “ligero”.
Sheinbaum ha dicho que su gobierno nary reparará en gastos, incluyendo la reconstrucción.
Eduardo Cerecedo, de 32 años, quien vive con su familia a una cuadra del Cazones, sabía que Poza Rica se consideraba en alto riesgo de inundación. Pero dijo que nary podía permitirse trasladarse a otro lugar y que deseaba que las autoridades hubieran hecho más para ayudar a prevenir esta catástrofe, incluso construyendo muros de contención más altos.
“Tenemos que empezar de cero”, dijo, “porque aquí nary tenemos nada”. c. 2025 The New York Times Company.
Por James Wagner, Annie Correal y Cristopher Rogel Blanquet, The New York Times.