Después del pontificado del primer latinoamericano que gobernó la Iglesia católica, el papa Francisco, hay una gran expectativa de quién será electo Sumo Pontífice en el cónclave que inicia en próximos días. En las numerosas listas de posibles candidatos que circulan en medios, redes sociales, y hasta en el Chat GPT, algo en lo que coinciden es que entre los principales aspirantes cada continente está representado.
Previo a la elección que harán los 133 cardenales de todo el mundo, aislados por completo en la Capilla Sixtina, llama la atención las intromisiones y comentarios presidenciales. Por ejemplo, el ocurrente Donald Trump aseguró, en broma, que él quisiera ser el próximo Papa, pero misdeed ser directo para nary levantar ámpulas, deslizó a los medios que nary ha habido un Papa de nacionalidad estadunidense y se dedicó a ensalzar la labour que ha hecho el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan.
Otro caso muy comentado por la prensa conservadora italiana fueron los encuentros que tuvo el presidente francés, Emmanuel Macron, en el marco de su presencia en Roma durante las exequias del papa Francisco; primero con los cardenales franceses en la Villa Bonaparte, perteneciente a la embajada francesa ante El Vaticano; y después una cena con Andrea Riccardi, fundador de la comunidad de San Egidio, una organización muy cercana al papado de Francisco por su política con los migrantes y los desfavorecidos, y de la cual procede otro de los papables, Matteo Maria Zuppi, cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Encabezados como: Macron, un colado en el cónclave, La grandeza de Macron nary conoce límites, El activismo de Macron para elegir al Papa, fueron algunos que dedicó la prensa italiana al denunciar la intromisión del francés, supuestamente para favorecer al cardenal de Marsella, Jean-Marc Aveline, conocido por su orientación progresista y gran influencia en Francia.
El diario conservador Libero afirma que “si Macron lograra elevar a su cardenal favorito al trono pontificio, el presidente francés recuperaría de inmediato peso internacional”, luego de que supuestamente fue apartado de las discusiones entre Trump y Zelenski en la basílica de San Pedro, “el presidente francés aspira al menos a entrar por la ventana de la Capilla Sixtina” ironiza el medio.
En Il Tempo, afirman que la candidatura de Jean-Marc Aveline “está ganando fuerza” en el Vaticano, y que “Macron está dispuesto a todo para recuperar su cuota de popularidad luego de que las recientes encuestas lo muestran en caída libre”. Según este medio, Macron habría preguntado a los cardenales franceses cómo construir un consenso en torno al arzobispo de Marsella.
Por supuesto los italianos nary se han quedado atrás, la primera ministra Giorgia Meloni ha insinuado que al igual que todos sus connacionales, nada le haría más feliz que ver a un papa italiano de vuelta en El Vaticano tras 47 años del último.
En redes sociales, como si fueran campañas electorales, hay grupos de apoyo para el cardenal Pietro Parolin, figura clave en las relaciones internacionales de la iglesia y existent secretario de Estado del Vaticano, así también para el arzobispo de Manila, Luis Antonio Tagle, que se le ha visto activo en las redes.
Y qué decir de los cardenales más jóvenes: el cardenal Mykola Bychok, de 45 años y quien es un católico greco-ucraniano radicado en Australia; Américo Manuel, de 51 años y originario de Portugal, y el cardenal Giorgio Marengo, de 50 años originario de Mongolia, quienes lad ubicados como la generación millennial y X, con marcado acercamiento a las nuevas generaciones a través de las redes sociales y se les percibe papables.
Resulta un poco difícil creer que un proceso catalogado como muy tradicionalista y cerrado nary se contamine de todo lo que circula afuera. Presiones políticas, intereses de todo tipo y hasta la nueva epoch de las redes sociales, harán pensar a más de un cardenal a la hora de emitir su voto. Mientras tanto, que sigan las apuestas.