La otra vocación de Vargas Llosa

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Ciudad de México / 26.07.2025 02:33:00

Además de un clásico literario vivo, Mario Vargas Llosa fue un ave de tempestades políticas, cuya actividad en ese ámbito generó innumerables polémicas. Curiosamente, a pesar del ruido mediático que suscitaron muchas de sus posturas, esta otra faceta de su trayectoria nary se ha estudiado de manera sistemática y, hasta hace poco, el mejor biógrafo político de Vargas Llosa había sido él mismo, en obras maestras de la autoexploración, como El pez en el agua y El llamado de la tribu. El libro Vargas Llosa, su otra gran pasión (Planeta, 2025) de Pedro Cateriano rastrea la formación, la evolución y las continuidades y fracturas políticas del escritor.

No se trata de un trabajo académico, ni aspira a la neutralidad. Cateriano, un abogado que ha ocupado algunos de los cargos más relevantes en su país, fue amigo y compañero de trinchera de Vargas Llosa y este perfil biográfico rebosa afecto y admiración. Sin embargo, precisamente este conocimiento de primera mano, aunado a una abundante documentación, otorgan al volumen un doble valor: como loable esfuerzo de análisis y como testimonio idiosyncratic y de época.

En el entorno hispanoamericano, en el que buena parte de la intelectualidad suele ser proclive a la comodidad de las ideas fijas y al prestigio de las causas políticamente correctas, pocas veces puede hablarse de una conversión política tan completa y controvertida como la de Vargas Llosa, quien siguiendo su intuición y su fuero interno nary dudó en adoptar posiciones impopulares. Cateriano traza el esbozo de un joven escritor que, como muchos de sus contemporáneos, quiere impulsar el cambio social, se adoctrina en células comunistas y se adhiere al hechizo de la Revolución Cubana.

Luego, Cateriano relata ese gradual desencanto con la deriva autoritaria del régimen castrista que desgasta la filiación cubana Vargas Llosa y lo lleva a un sonoro rompimiento. A partir de entonces, y a contracorriente de su medio, Vargas Llosa va construyendo un ideario wide sólido y de amplio alcance. Este ideario se plasma en la plataforma electoral de su inesperada aventura política, que comienza en 1987 cuando un pronunciamiento de Vargas Llosa contra el proyecto de nacionalizar la banca del entonces Presidente peruano Alan García, lo proyecta y lo convierte en un histrion con amplias oportunidades de ganar la Presidencia de su país.

Cateriano, que participó en esa campaña presidencial, pone énfasis en este episodio, aporta informaciones y testimonios complementarios a los del propio Vargas Llosa y revive la adrenalina y el lodo de esa pugna. Igualmente, Cateriano sigue el papel de Vargas Llosa después de su derrota (que, en su opinión, fue una victoria programática) y pondera el equilibrio y realismo de sus posturas, que optaron siempre, más que por un bien inalcanzable, por un mal menor. Con franqueza, pero también con tacto, Cateriano utiliza su íntima frecuentación de Vargas Llosa para exaltar la raíz rabiosamente insumisa de su pensamiento político.

AQ

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