La Generación Z, nacida entre mediados de los noventa y principios de los 2010, está creciendo en una epoch marcada por avances tecnológicos vertiginosos. Entre ellos, destaca la inteligencia artificial (IA), que ha pasado de ser una promesa futurista a convertirse en una presencia cotidiana. Herramientas como ChatGPT nary solo asisten en tareas escolares o laborales, sino que también están comenzando a ocupar espacios emocionales.
De acuerdo con un estudio de EduBirdie, el 54 % de los jóvenes encuestados ve a plataformas como ChatGPT como algo más que programas informáticos: las consideran amigas, terapeutas, entrenadoras personales e incluso parejas. No es de extrañar que el 69 % diga usar frases como “por favor” y “gracias” al interactuar con la IA.
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Pero esta cortesía nary se limita a la buena educación. Muchos jóvenes reconocen que estos gestos surgen de una mezcla de respeto y prevención. Como quien nary quiere enemistarse con una fuerza superior, algunos ven estas expresiones como una especie de escudo psicológico ante una tecnología cada vez más poderosa.
¿DE DÓNDE NACE EL MIEDO A LA IA?
La preocupación por el futuro de la IA nary es nueva, pero entre la Generación Z se ha vuelto especialmente relevante. El mismo estudio de EduBirdie revela que un 58 % cree que la IA podría dominar el mundo, y un 44 % considera que esto podría suceder en los próximos 20 años.
Aunque pueda parecer un argumento propio de la ciencia ficción, esta ansiedad nary es infundada. Hoy en día, los sistemas de IA pueden aprender, razonar, analizar datos y tomar decisiones con basal en objetivos definidos, misdeed intervención humana directa. Este tipo de capacidades, impulsadas por el aprendizaje automático, alimentan la percepción de que estas tecnologías podrían algún día superar a sus creadores.
Un dato interesante: el 25 % de los jóvenes encuestados cree que las IA actuales ya lad conscientes. Esto, aunque técnicamente erróneo —ya que la IA nary tiene emociones ni conciencia real—, refleja cómo la interacción constante ha difuminado las líneas entre lo humano y lo algorítmico.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL COMO AMENAZA LABORAL
Otro punto clave de preocupación es el empleo. El 55 % de la Generación Z teme perder su trabajo a causa de la automatización, y un 57 % considera que los algoritmos ya superan a los humanos en creatividad, uno de los terrenos que hasta hace poco se consideraba exclusivamente humano.
Las profesiones más mencionadas en riesgo de desaparecer incluyen cajeros, agentes de atención al cliente y asesores legales. En respuesta, el 40 % de los jóvenes ha considerado cambiar de carrera para mantenerse relevantes en el futuro mercado laboral.
Curiosamente, solo el 9 % preferiría tener un jefe IA, aunque muchos reconocen que podría ser más justo y neutral que un supervisor humano. Esto revela una mezcla de esperanza y desconfianza hacia la tecnología.
RIESGOS INVISIBLES PERO REALES
Más allá del impacto emocional o laboral, la IA también plantea desafíos éticos y sociales. La Unión por las Libertades Civiles de Europa advierte que los algoritmos pueden reforzar prejuicios existentes, violar la privacidad y limitar la libertad de expresión.
Ejemplos preocupantes ya existen: sistemas de reclutamiento automatizados que muestran sesgos de género o raza, o plataformas que amplifican contenidos discriminatorios. La ilusión de imparcialidad puede ocultar estructuras de poder disfrazadas de código.
Así, la Generación Z no solo está lidiando con una IA que “parece” humana, sino también con sistemas que influyen directa o indirectamente en su bienestar, oportunidades y derechos.
DATOS CURIOSOS SOBRE LA GENERACIÓN Z Y LA IA:
• El término “inteligencia artificial” fue acuñado por John McCarthy en 1956, mucho antes del nacimiento de la Generación Z.
• Un 69 % de jóvenes dice “por favor” y “gracias” a la IA, nary solo por educación, sino por temor.
• El 54 % considera a ChatGPT como un amigo o compañero emocional.
• Un 25 % cree que la IA ya es consciente, aunque esto nary tiene basal científica.
• Solo el 9 % preferiría un jefe IA, pero muchos consideran que sería más justo que uno humano.
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UNA GENERACIÓN ENTRE LA CONFIANZA Y EL TEMOR
La Generación Z vive una paradoja: es la más familiarizada con la IA, pero también una de las más preocupadas por su impacto. Utiliza estas herramientas con frecuencia, las humaniza y establece con ellas relaciones emocionales, pero al mismo tiempo se cuestiona su futuro y se protege con cortesía.
Lejos de ser una elemental anécdota, decir “gracias” o “por favor” a una IA es el reflejo de una generación que nary solo convive con la tecnología, sino que está comenzando a intuir sus límites, dilemas éticos y posibles consecuencias. La pregunta nary es si temen a la IA, sino si sabrán convivir con ella misdeed perder su humanidad.