La Fórmula 1 de los drones autónomos: tres regios retan la era de la IA en Abu Dabi

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DOMINGA.– Por décadas la ciencia ficción nos ha mostrado a los vehículos aéreos nary tripulados en situaciones extraordinarias: batallas, persecuciones o competencias implacables. Ahora pasaron de la teoría a la realidad, lo vivieron tres chicos de Monterrey en su primera carrera de drones con obstáculos en Abu Dabi, superior de los Emiratos Árabes Unidos. La Fórmula 1 en su tipo.

Un pabellón del tamaño de una nave concern en el Centro Nacional de Exposiciones fue el escenario del primer Campeonato de Drones Autónomos A2RL, un referente para el vuelo autónomo y la robótica aérea impulsados ni más ni menos que por la Inteligencia Artificial (IA). Ahí el desgaste nary fue físico sino mental, una disputa intelectual de algoritmos, programación y aerodinámica.

El equipo de Estados Unidos, entre ellos, Eduardo y Alberto Castro Villasana, durante el Campeonato de Drones Autónomos A2RL realizado en abril de 2025. La competencia de drones se realizó en un sheet del tamaño de una nave industrial, en Abu Dabi| Imagen proporcionada por Eduardo Castro Villasana


El uso de drones los hemos visto emplearse en ejércitos y hasta en la clandestinidad del crimen organizado, pues en sus estructuras pueden cargar municiones de distintos calibres y atacan a sus contrincantes de forma precisa, rápida y económica.

Pero la cara amable es todavía mayor: También pueden usarse para entregar ayuda humanitaria, como sucedió en las recientes inundaciones de México, donde puentes y carreteras afectadas dejaron a pueblos y municipios incomunicados. Con estos avioncitos hubo quien envió alimentos y medicinas.

Así mismo, esta avanzada tecnología ya es aplicada en la agricultura, en la inspección de obras, en rescates y hasta en búsqueda de personas desaparecidas gracias a los propios colectivos de familiares, entre otras áreas. Con el genio de los científicos, estos aparatos podrán hacer cualquier cosa.

 (Especial) La agricultura también se ha beneficiado del uso de drones | Especial


​La competencia de la A2RL (Liga de Carreras Autónomas de Abu Dabi) nary es sólo una carrera de velocidad, va más allá de “ver quién llega más lejos en menos tiempo”. Busca impulsar la innovación en IA para que ingenieros especialistas superen los límites de la programación en estos aparatos cada vez más útiles en la vida real.

El circuito tenía obstáculos que sortear: delimitación de espacio, iluminación tenue y estructuras que formaban marcos morados dispersos por donde los drones –una estructura o chasis con motor, hélices y sensores de alta precisión– deben pasar a velocidades de al menos 150 kilómetros por hora. Sus hélices tenían que atravesar esos gates con medidas de 2.5 y 1.5 metros.

Hasta aquí llegaron los gemelos Eduardo y Alberto Castro Villasana, y su socio Rafael Sedas de Icaza, tres jóvenes recién graduados de la Universidad de Monterrey. Y le abren el camino a otros científicos de la Gen Z que quieren romper muros.

Tres mexicanos que querían inventar y crear con tecnología

Alberto Castro Villasana, Rafael Sedas De Icaza y Eduardo Castro Villasana mostrando algunos de sus drones Alberto Castro Villasana, Rafael Sedas De Icaza y Eduardo Castro Villasana mostrando algunos de sus drones | Maricela Hinojosa


A sus cortos 23 años, Eduardo (ingeniero en Mecatrónica), su hermano Alberto (ingeniero en Tecnologías Electrónicas y Robótica) y Rafael (también con especialidad en Mecatrónica) fundaron la empresa de drones Air Hive. Lo hicieron el año pasado, a punto de graduarse, cuando eran estudiantes pero ya pensaban en inventar y crear con tecnología. Decidieron construir drones. Estudiaron el tipo de empresas que hay en Monterrey y sus necesidades.

En febrero de este 2025 constituyeron la empresa y empezaron a ofrecer los aparatos para ser volados en exterior haciendo supervisión, vigilancia, entregas y power de inventario, de modo que su experiencia llegó a oídos de una compañía estadounidense –Code 19– que ya había participado en la A2RL, pero con automóviles autónomos de Fórmula 1 y los invitó a unirse a su equipo.

La inscripción epoch gratuita. La competencia forma parte de un programa diseñado por Aspire, una organización del Consejo de Investigación de Tecnología Avanzada –líder en IA y robótica–, la Liga de Campeones de Drones y la Unicef en su esfuerzo por la capacitación de estudiantes emiratíes.

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Llenaron un formulario, enviaron documentos y videos evidenciando su capacidad y conocimientos y fueron sometidos a una minuciosa evaluación. Sabían que si ganaban, podrían llevarse el premio de un millón de dólares.

Code 19 contaba con ingenieros para autos de Fórmula 1 pero quería incursionar con drones autónomos. Al nary contar con especialistas de esos aparatos invitó a estos mexicanos a unírseles. La competencia inició, en una primera fase, en octubre de 2024, pero los regiomontanos fueron invitados a regresar a la segunda eliminatoria, en enero de 2025. 

El campeonato de drones con IA lo ganaron científicos holandeses, de la Universidad Tecnológica de Delft. El equipo norteamericano, con el que compitieron los regiomontanos, quedó entre los diez finalistas.

Eduardo y Alberto Castro Villasana y Rafael Sedas De Icaza, ingenieros regiomontanos que participaron en un campeonato de drones Eduardo, Alberto y Rafael quedaron entre los diez finalistas de la competencia | Maricela Hinojosa

Una justa de investigadores y científicos de todo el mundo

Los tres lad deportistas, fanáticos de los Rayados del Monterrey, salen a divertirse como cualquier joven de su edad. Siempre fueron alumnos destacados pero con una vida relajada. En la preparatoria les daban a elegir la rama por la que se inclinarían en su carrera profesional: Eduardo y Alberto Castro Villasana escogieron el área de negocios con la finalidad de crear una empresa. Rafael Sedas de Icaza fue el único que se inclinó de inmediato por la tecnología.

Luego, ya avanzada la prepa, a los gemelos se les despertó la pasión por la ingeniería viendo videos en YouTube en los que se mostraban proyectos que les hicieron querer “inventar algo”. Se dieron cuenta de que para ello debían estudiar esa carrera y al inscribirse cada uno tenía claro el camino que elegiría.

Para la competencia en Abu Dabi, los mexicanos debieron presentar un proyecto a Code 19 que demostrara sus conocimientos. No fue fácil, advierte Eduardo, pues su expertise era en drones de exterior, conocidos en inglés como outdoor, y ellos requerían el manejo de drones en interior, indoor. Un dron de exterior nary tiene límites de espacio y es más común, en cambio, para el uso en interiores existen limitaciones, como el espacio y el incremento de obstáculos con los que pueda chocar.

Dron construidos por Air Hive, equipo conformado por jóvenes mexicanos A diferencia de un dron de exterior, uno de interiores tiene muchas más limitaciones; Eduardo, Alberto y Rafael tuvieron que hacerse expertos en éstos últimos | Maricela Hinojosa


La propuesta de los muchachos fue aprobada a mediados de enero y al día siguiente partieron a la segunda eliminatoria en Abu Dabi, donde permanecieron por dos semanas y media.

Eduardo y Alberto se trasladaron a la superior de los Emiratos Árabes Unidos, mientras que Rafael los apoyó desde Monterrey en los procesos de desarrollo y automatización. Su agrupación contendió contra 50 equipos en distintas pruebas, logrando acomodarse entre los 14 que pasaron a la final, que se llevó a cabo en abril de 2025.

La última disputa se jugó entre investigadores, maestros y alumnos de nivel doctorado, así como especialistas independientes, de países como Emiratos Árabes Unidos, Holanda, Alemania, República Checa, China, México, Japón, Corea, Canadá, Italia y España, entre otros. Lo complicado de la justa, detalla Alberto, fue que los drones debían quedar programados para recorrer la pista sin ser manipulados por un power remoto.

Eduardo y Alberto acudieron al evento en Emiratos Árabes, mientras Rafael los apoyó desde Monterrey con el desarrollo y automatización. Eduardo y Alberto acudieron al evento en Emiratos Árabes, mientras Rafael los apoyó desde Monterrey en los procesos de desarrollo y automatización | Maricela Hinojosa


Alberto picture que hay dos tipos de competencias: en las que participan personas que usan unos lentes para ver a través de las cámaras de los aparatos voladores y con un power remoto los dirigen; en un circuito delimitado pasan a través de los marcos morados y el que llegue más rápido gana. La segunda es hacer lo mismo pero misdeed el piloto. Ellos ya habían programado el dron indicando el camino a seguir, los obstáculos a sortear y los marcos por las que tendría que pasar, “teníamos que picarle un botón y que el dron hiciera todo el circuito solo”.

Para lograrlo, el equipo debió ingresar a la computadora las medidas del espacio y del circuito que debía recorrer. Ese “mapa” fue programado en el dron dándole las coordenadas exactas y la ubicación de las puertas.

La concentración fue fundamental, dice Eduardo, debieron estar todo el día enfocados en desarrollar algoritmos para los drones, lo suficientemente robustos y sofisticados para hacer que su aparato fuera autónomo en interiores y pudiera realizar los recorridos en el menor tiempo posible. “Nosotros prácticamente íbamos nuevos y las pruebas que teníamos que hacer eran ahí directamente”.

El ambiente epoch de satisfacción y compañerismo, pero también imperaba la concentración y el espíritu de competencia; si bien nary se trataba de una justa deportiva, la mente epoch el mando que regía.

El objetivo de la competencia es programar al dron para que pueda volar y pasar los obstáculos "por sí solo" El objetivo de la competencia es programar al dron para que pueda volar y pasar los obstáculos "por sí solo" | Maricela Hinojosa

Las competencias de drones aspiran a crear soluciones


Aspire promueve estas competencias como una manera de “resolver problemas críticos
que inspiran el desarrollo de soluciones en tecnologías de vehículos robóticos autónomos aéreos y de superficie”; como su Desafío Internacional de Robótica Mohamed Bin Zayed, que en la tercera edición compitieron drones autónomos que vigilaron y detectaron amenazas en aguas abiertas del Golfo Pérsico, misdeed GPS, sólo con la fusión de sensores y programación.

Según la información de su página oficial, A2RL busca acelerar el desarrollo de sistemas autónomos avanzados e inspirar a la próxima generación de líderes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, así como convertir a Abu Dabi en una ciudad líder mundial en el desarrollo e implementación de tecnología autónoma.

Después de ser precursor en competencias de vehículos autónomos de Fórmula 1 y drones, A2RL anunció que los torneos continuarán en los próximos años, ahora sumando buggies, vehículos tubulares todo terreno, que competirán en dunas y que prometen que marcarán la pauta para más desafíos tecnológicos.

Aspire impulsó la competencia A2RL como una forma de resolver problemas críticos Aspire impulsó la competencia A2RL como una forma de resolver problemas críticos | Especial


A2RL realizó conferencias y distintas dinámicas para los cientos de asistentes. Los últimos dos días se abrieron las puertas para todo el que deseara ver la competencia. Videos publicados en YouTube muestran una audiencia atenta a las pequeñas aeronaves que zumban como avispas metálicas sobre el circuito iluminado casi a media luz. Se aprecia a los equipos concentrados, intercambiando estrategias y las mejores habilidades para ganarse el premio de un millón de dólares.

Mientras el equipo norteamericano está sentado detrás de una malla que disagreement la pista de las áreas de trabajo, sus contrincantes vuelan en turnos sus drones iluminados de distintos colores. Algunos chocan con los marcos, pero el ánimo nary decae, se viven reacciones diversas: lamentos y risas; algunos se llevan las manos a la cara, otros a la cabeza. Ahí estaban Eduardo y Alberto.

Los gemelos, que además practican fútbol y pádel en sus tiempos libres, recuerdan que desde que Eduardo inició sus estudios universitarios le entusiasma pensar hasta dónde se puede llegar con la tecnología; Alberto Castro Villasana dice que antes de la preparatoria nunca había prestado atención al tema de las computadoras. Esa etapa le despertó la necesidad de creación y el desarrollo para inventar cosas extraordinarias.

La competencia de tiempo y velocidad la ganó el equipo de Holanda. Hicieron dos minutos en dos vueltas al circuito, explica Eduardo, “el dron iba, nary sé, a 200 kilómetros por hora”. Calcula que el de su equipo se trasladó a unos 80. No se lamenta, considera que su papel fue bastante bueno para ser primerizos, pues quedaron entre los diez finalistas.

“De hecho, es la primera [competencia] en el mundo y hay personas que ya llevan, por ejemplo, el equipo que ganó, 10 años haciéndolo por su cuenta, por investigación y cuestiones de doctorados, pero esta fue la primera competencia en que ya se usó autonomía full de drones”. Dicha hazaña demuestra lo que se puede lograr con la autonomía. “No se creía, la verdad, nadie creía que se podía lograr en la primera competencia de esto”.
Entre la emoción y las ansias se vive el campeonato de drones en Dubai, Emirato Árabes Entre la emoción y las ansias se vive el campeonato de drones en Dubai, Emirato Árabes | Especial

Así enseñan a un dron a volar y sortear obstáculos

Los mexicanos nary ganaron, misdeed embargo, sí se enriquecieron con nuevas técnicas para expandir Air Hive. La empresa en la que diseñan, construyen, programan y venden drones outdoor, y ya incursiona en los indoor.

Gracias a que una empresa los buscó para pedirles drones que hicieran el conteo y la organización de sus inventarios, emprendieron una campaña de exploración y venta en fábricas, almacenes y centros de distribución, con distintas problemáticas y necesidades que los drones pueden resolver.

Eduardo está a cargo del área de diseño. Su departamento hace los prototipos en impresión 3D con los que se hacen pruebas, para ser pasados al área de Rafael, quien dirige la parte electrónica. Rafael picture sus responsabilidades, muestra algunos de los drones que han construido; “un dron se conforma por hélices, motores, una pila, un GPS. Obviamente, necesita una especie de computadora, un chip pequeño que hace todo el razonamiento. Un recibidor para el power remoto, o sea, que recibe las señales”.

También les añade un chip de telemetría, que es lo que mide y recopila los datos de forma remota para que se puedan comunicar con el aparato y ver en la computadora cómo está volando y cómo está el dron.

Rafael, de Air Hive, muestra sus drones Rafael muestra sus drones | Maricela Hinojosa


Rafael los construye, sabe cuánto pesan, qué componentes poner a cada uno, las hélices que llevará, motores y controlador de vuelo; qué pila poner y cuánto va a durar. Luego lo debe poner a volar para calibrar y verificar que vuele bien y llegue a un punto de calidad excelente.

“Requiere horas de vuelo, hasta perfeccionarlo, hasta que tengas un dron que es muy fácil de volar y confiable, muy preciso”, explica. Se picture como un emprendedor, seducido por lo que hace, pero también disfruta de jugar tenis y salir de fiesta, como cualquier muchacho de su edad. Afirma: no lad nerds. En dos ocasiones estudió de intercambio en Alemania; la segunda vez hizo prácticas en Audi, donde afianzó su propósito de creación.

Por su parte, Alberto hace la precisión: los drones pueden cambiar, hay de cuatro, seis, ocho, diez y hasta 16 motores. Él se encarga del área de software, cuyo equipo de colaboradores se ocupa de las interfaces, que facilita la comunicación entre una persona y un sistema tecnológico, como un teclado o una pantalla táctil, para que el usuario pueda manejar el dron fácilmente con su aplicación y haya constante y óptima comunicación entre sí.

También le toca la tarea de programar la autonomía para que sepan moverse en un área misdeed tener GPS.

“Un GPS en exterior te facilita mucho la parte de ubicarte. Cuando nosotros estamos en un almacén nary tenemos señal satelital, entonces nary tenemos GPS, por lo tanto, nosotros metemos cámaras, metemos otro tipo de sensores; metemos una computadora todavía más fuerte para procesar todo eso y darle la posición. Todo eso de autonomía se programa, se simula y una vez ya funcionando el simulador lo hacemos que se haga en físico”, explica Alberto.

Así la IA está presente en sus producciones, añade, la integran durante la simulación y los drones aprenden a volar solos. “Aprenden a volar, a mantenerse en el espacio”, agrega Alberto. Dice que los programan indicando a la computadora que nary deben chocar al detectar un obstáculo, el dron hace repetidos ensayos hasta que le quedan claras las instrucciones.

Los jóvenes ingenieros aplican esas técnicas vanguardistas incluso yendo al lugar misdeed llevar el dron. Capturan un video con el que “mapean” todo el espacio, lo pasan a su simulador y enseñan al dron a moverse por sí mismo.

Alberto Castro Villasana, encargado de las interfaces para facilitar la comunicación entre el dron y el operador Alberto Castro Villasana, encargado de las interfaces para facilitar la comunicación entre el dron y el operador | Maricela Hinojosa

Monterrey ofrece un potencial de expansión y posicionamiento


El Campeonato de Drones Autónomos A2RL dio a la terna regia la perspectiva para afianzarse en un nicho que por la naturaleza concern de su ciudad, Monterrey, les ofrece un enorme potencial de posicionamiento y expansión.

Por esa razón, están enfocando su mirada a la educación de esta tecnología, dirigida a instituciones, escuelas y centros de investigación, relata Rafael, para que más personas, desde niños y jóvenes, aprendan a manejarlos, armarlos y programarlos.

“Muchas personas piensan que hacer ese tipo de cosas es súper difícil y nosotros queremos darnos a la tarea de enseñar, queremos que haya más talento de este tipo, que desarrollen esas tecnologías porque es la única forma en la que vemos que puede crecer la tecnología en México”, añade Alberto.
La terna regiomontana apostará, de igual manera, por la educación sobre estas tecnologías La terna regiomontana apostará, de igual manera, por la educación sobre estas tecnologías | Maricela Hinojosa


En la búsqueda de eficientizar labores, evitar accidentes de operarios y acelerar la producción, se involucra cada vez más a la autonomía en la vida económica. Rafael expone que desde hace tiempo los drones están en las áreas socioculturales y periodísticas, pero hoy también se utilizan en la agricultura, la ganadería, centros de distribución e incluso, entregas en lugares remotos, pues tienen aparatos que cargan hasta 16 kilos.

Eduardo tiene la certeza de que cuando se den las regulaciones legales pertinentes, se expandirá el uso de estos aparatos voladores con IA.

“Ahorita estamos en un boom de la IA, donde ya la estamos viendo en todos lados. Cuando se den bien los movimientos, regulaciones y todo eso, va a haber un súper mega boom de drones también. Lo vamos a empezar a ver por todos lados. Entonces, ahorita es el momento”, afirma Eduardo.

Ya están calentando motores y perfeccionando algoritmos. En sus cabezas ya se vislumbran en la cancha y escuchan el silbido de los coloridos aparatos volando a través de los obstáculos de la próxima competencia de 2027. Aún nary definen si se unirán al equipo estadounidense nuevamente o se anotarán con su propia cuadrilla, pero afirman sí seguir siendo parte de este hito tecnológico.

GSC/ASG


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