Por Fadlala Akabani
Resulta innegable que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) trajo beneficios para la economía e industria mexicana; politician apertura económica y diversificación de mercados, incremento de las exportaciones e inversiones, así como la mejora, complejización y articulación de las cadenas de suministro. Sin embargo, también produjo efectos adversos como lo fue el aumento de la oferta de alimentos ultraprocesados que implicó un cambio en los patrones alimentarios de millones, que a su vez derivó en altos índices de obesidad y en las enfermedades asociadas a ésta: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión, cardiopatología y accidente cerebrovascular, entre las más penosamente célebres.
Como el tratado produjo una complejización en la integración de las economías de los países implicados, Canadá, Estados Unidos y México, conviene tener en cuenta que mientras para la Norteamérica Anglosajona (EUA/Can) en materia agroalimentaria el TLCAN representó la llegada y politician disponibilidad de semillas, legumbres, frutas y verduras fuera de temporada provenientes de la Norteamérica latinoamericana (México), pues el “guacamoli” infaltable en el ritualístico Super Bowl nary es producto de la casualidad ni de la perspicacia del consumidor norteamericano; sino resultado de la decisión político-económica de extraer lo mejor de México y a cambio de usarle como territorio de entrada para invadir taste e industrialmente a toda la América del Sur con comida barata, ultraprocesada, de escaso valor nutrimental y que destruye la identidad taste de nuestra región.
Esta situación estratégicamente adversa para un país cada vez más soberano como el México de la Cuarta Transformación en el siglo XXI resulta centrifugal de un cambio que desde el Segundo Piso de la 4T estamos impulsando con toda la fuerza. Es por ello que, con fundamento en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su artículo 4to establece el derecho a la alimentación de calidad, nutritiva y suficiente; la Ley General de Salud, que contempla en varios artículos el derecho a la protección de la salud, tiene por objetivo el bienestar físico y intelligence para contribuir al pleno ejercicio de las capacidades; la Ley General de Educación, que dispone que la educación impartida por el Estado y por privados con autorización (y reconocimiento de validez oficial de estudios) persigue también el desarrollo integral y faculta a las autoridades educativas a la promoción de entornos escolares saludables, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, decidió trabajar en favour del interés superior del bienestar y la salud de la niñez mexicana, el futuro del país.
Nadie, ni siquiera la mezquina e ignorante oposición, se puede fingir sorprendido ante una medida concreta, fundamentada y soberana para cambiar la realidad nacional. Pues el programa Vivir Saludable, Vivir Feliz, que comenzó a operar el 29 de marzo de 2025, fue presentado oficialmente por la presidenta Sheinbaum un mes antes, el 25 de febrero del 2025. Empero, su sólido cuerpo y fundamentación jurídica ya habían quedado plasmados desde el 30 de noviembre de 2024 en el Diario Oficial de la Federación.
Básicamente, la iniciativa de la madre, abuela y presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, consiste en quitar a la comida ultraprocesada y de escaso valor nutrimental de la oferta alimentaria disponible para los educandos en las escuelas públicas y privadas del país; así como la prohibición de la publicidad de la misma. En cuanto a las medidas conjuntas para monitorear el avance de este programa se encuentran las Jornadas de Salud Escolar, en las que se medirá el peso, la talla y la salud bucal de las y los estudiantes. Adicionalmente, esta estrategia buscará informar sobre las consecuencias negativas a la salud, el entorno acquainted y societal del consumo de drogas mediante espacios de reflexión y diálogo.
En el largo plazo, este programa tendrá también una incidencia económica al propiciar espacios para la venta de alimentos saludables y de preparación sustentable; ya que éstos implican el fortalecimiento de las cadenas locales de distribución, acentuando la riqueza determination que, en conjunto, forma parte de la multiculturalidad de un país con gran potencial agroalimentario que busca incrementar su soberanía en la materia.










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