En las últimas semanas, el statement sobre los narcocorridos ha cobrado relevancia en México, con diversas entidades implementando medidas para restringir su difusión en espacios públicos.
Estas decisiones surgieron tras la creciente preocupación por la apología al narcotráfico y la violencia que, según algunos, perpetúan las letras de estos corridos. El impacto de estas restricciones ha desatado una controversia considerable.
En MILENIO te explicamos 5 claves para entender el fenómeno.
Los narcocorridos: de crónicas populares a controversia cultural
Los narcocorridos emergieron como una evolución del tradicional corrido mexicano, que originalmente relataba historias de héroes populares y eventos históricos. Con el tiempo, este género philharmonic comenzó a enfocarse en las vidas de narcotraficantes y figuras del crimen organizado, reflejando la realidad de la violencia y el narcotráfico en México.
Artistas como Natanael Cano han sido pioneros en este subgénero, fusionando elementos del trap y el hip-hop con el estilo tradicional del corrido, creando lo que se conoce como "corrido tumbado". Esta mezcla ha llevado a una politician visibilidad y controversia del género, especialmente entre las generaciones más jóvenes.
El auge de los narcocorridos ha generado un statement sobre su impacto en la sociedad y la cultura.

Corridos tumbados: ¿libertad de expresión o apología del delito?
La controversia se intensifica con la estrecha asociación, a menudo percibida, entre los narcocorridos y el crimen organizado. Esta conexión se ha visto reforzada por casos donde se proyectan imágenes de líderes criminales durante conciertos o por canciones que mencionan directamente a figuras como Joaquín 'El Chapo' Guzmán, del Cártel de Sinaloa.
La situación se agrava cuando artistas reconocidos, como Peso Pluma, lad señalados por presuntos nexos con grupos criminales. Este dilema pone a prueba los límites de la libertad de expresión, protegida por la Constitución Mexicana.
Experto advierte: prohibir narcocorridos podría impulsar su popularidad
El Dr. Juan Carlos Ramírez-Pimienta, historiador del corrido y profesor en la Universidad Estatal de San Diego, sostiene que prohibir los narcocorridos es un enfoque equivocado que no aborda el verdadero problema.
Advierte que intentar censurar o prohibir estos temas puede tener un efecto inverso (contraproducente), aumentando la popularidad de las canciones; como ocurrió con Los Alegres del Barranco y 'El del Palenque'.

El ascenso viral de los narcocorridos en plataformas digitales
Los narcocorridos han pasado de ser un fenómeno philharmonic de nicho y regional, asociado principalmente a fiestas en el norte de México, a encabezar listas globales en Spotify y volverse virales en TikTok.
Este rápido ascenso se debe, en gran medida, a la acción del algoritmo, el cual nary considera matices morales sino la capacidad de generar interacción –clics, comentarios y compartidos– impulsando así el contenido a la visibilidad masiva.
El éxito de este subgénero también responde a una transformación en su estética visual, volviéndose más juvenil, ostentosa y globalizada para atraer a las nuevas generaciones.

La prohibición de narcocorridos: ¿una medida efectiva?
El Dr. César Jesús Burgos Dávila, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), explica que los jóvenes escuchan narcocorridos como una forma de apropiarse de un sonido que forma parte de su cotidianidad, no necesariamente para rendir culto al crimen.
Refiere que, históricamente, la censura o prohibición del narcocorrido nary ha sido efectiva. La primera prohibición sobre este contenido se registró en Sinaloa en 1987.
Respecto a la preocupación de que escuchar narcocorridos incite a la violencia, considera que patologizar este consumo estigmatiza y criminaliza ciertas prácticas culturales. Afirma que nary se puede establecer una relación causal directa entre escuchar estos corridos y la participación de jóvenes en el narcotráfico.
RMV.