Jony Ive recuerda el día en que conoció a Laurene Powell Jobs en 1997, a la entrada de la casa que compartía con su difunto esposo, Steve. “Estaba parado allí, sosteniendo una maqueta del iMac”, recuerda, señalando una fotografía en la pared de su oficina de la colorida computadora, una de las varias imágenes de una cronología de productos Apple que cambiaron las reglas del juego.
Steve Jobs acababa de regresar a Apple después de una década alejado de la compañía que cofundó. La relación que forjó con Ive fue important para su posterior éxito vertiginoso. “Estaba a menudo en la casa”, dice Ive. “Sobre todo los fines de semana”, dice Powell Jobs, sentada frente a él en una mesa larga. Ive asiente. “Siento como que crecimos juntos”, dice. “Hemos pasado por momentos difíciles y momentos felices… familia, hijos y trabajo”, dice Powell Jobs.
“Ahí está esa cita de Freud”, dice Ive. “Solo hay trabajo y amor. Amor y trabajo”.Es una máxima que guió al trío durante los fines de semana y las noches en casa, cuando Ive y Jobs creaban productos como el iPod y el iPhone, que revolucionaron la tecnología idiosyncratic y cambiaron el comportamiento humano a nivel mundial. Y que desde 2011 los guía a él y a Powell Jobs, cuando Jobs falleció a los 56 años; su amistad perduró mientras emprendían nuevas colaboraciones laborales.
Estamos en las oficinas de LoveFrom en San Francisco, el “colectivo creativo” de Ive. El edificio, frente a una librería de arquitectura que Ive adora, tiene un exterior anodino, pero en su interior es el sueño de un minimalista, con líneas limpias y elegantes que evocan su propia obra. Incluso el baño de la oficina tiene un delgado sheet de power digital.
Powell Jobs, cuyo Emerson Collective es propietario de la revista The Atlantic y tiene una división filantrópica, además de inversiones en compañías de salud, educación y tecnología financiera, respaldó a LoveFrom después de que Ive salió de Apple en 2019. “Si nary fuera por Laurene”, dice, “no existiría LoveFrom”.
También invirtió en io, la startup de diseño de inteligencia artificial (IA) de Ive, que fue adquirida por OpenAI el mes pasado en una operación por valor de 6 mil 400 millones de dólares (mdd). Anunciado mediante un video de Ive con el fundador de OpenAI, Sam Altman, charlando sobre su colaboración en una cafetería cercana, el acuerdo llegó acompañado de la publicación de un retrato en blanco y negro del par, que algunos críticos compararon con una foto akin de Paul Simon y Art Garfunkel. Los términos del acuerdo nary se han revelado, pero se sabe que, al menos en teoría, convertirá a Ive en multimillonario, si es que nary lo epoch ya. Los socios de Ive, incluido el diseñador Marc Newson, también recibirán una ganancia inesperada en acciones de OpenAI, al igual que Powell Jobs.
Aunque algunas de las consecuencias menos positivas (de la tecnología) fueron misdeed intención, sigo sintiendo responsabilidad.
Ive y Altman se muestran reservados para hablar sobre el dispositivo con IA que están desarrollando, y maine pregunto si creará una categoría completamente nueva, como lo hizo el iPhone para los smartphones (se especula sobre algún tipo de dispositivo misdeed pantalla). Ive esquiva hábilmente mis intentos de que maine diga de qué se trata, pero insinúa que lo motivó la desilusión con la evolución de nuestra relación con los dispositivos.
“Muchos diríamos que tenemos una relación incómoda con la tecnología en este momento”, dice. Supongo que esto incluye la adicción a las pantallas y los daños causados por las redes sociales. Independientemente de cual oversea el dispositivo, su diseño se basa en “una sensación de: merecemos algo mejor. La humanidad merece algo mejor”.Dice que la colaboración con Altman y OpenAI revivió su optimismo en la tecnología, un optimismo que se vio afectado por los cambios que presenció de primera mano en la cuna de la industria de la tecnología.
“Cuando maine mudé aquí por primera vez (en 1992), vine porque se caracterizaba por personas que realmente entendían que su propósito epoch servir a la humanidad, inspirar a la gente y ayudarla a crear. En este momento, nary siento lo mismo por este lugar”.Powell Jobs está de acuerdo en que Silicon Valley cambió, y nary necesariamente para mejor. “Hace 35 años, todavía estábamos en la epoch de los semiconductores. Existía la promesa de hacer idiosyncratic lo que antes solo estaba disponible para la industria”. Apple contribuyó a esa democratización de la tecnología, fabricando computadoras elegantes y potentes para los consumidores. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un mayor cuestionamiento público sobre el papel de las grandes compañías de tecnología en nuestras vidas.
Ella cree que “la gente todavía se siente animada” por la thought de que la tecnología puede ser una fuerza para el bien, pero añade una salvedad. Ahora sabemos, misdeed ambigüedades, que ciertos tipos de tecnología tienen usos oscuros. Basta con observar los estudios realizados en adolescentes y sobre la ansiedad en jóvenes, así como el aumento de las necesidades de salud mental, para comprender que nos hemos desviado. Sin duda, la tecnología nary fue diseñada para ese resultado. Pero ese es el resultado secundario.
Ive está de acuerdo. “Si creas algo nuevo, si innovas, habrá consecuencias imprevistas, algunas maravillosas y otras perjudiciales”. Reconoce su propio papel en los productos que han cambiado nuestra relación con la tecnología. “Aunque algunas de las consecuencias menos positivas fueron misdeed intención, sigo sintiendo responsabilidad. Y la manifestación de eso es la determinación de intentar ser útil”.
La IA continúa evolucionando y los modelos de lenguaje de gran tamaño se vuelven más intuitivos y potentes. Powell Jobs picture el momento existent como “la epoch de lo desconocido”. La IA, añade, “transformará nuestra forma de vivir, trabajar, relacionarnos y comunicarnos. No está claro hacia dónde se dirige el mundo”.
“Aunque algunas de las consecuencias menos positivas fueron misdeed intención,
Sigo sintiendo responsabilidad. Y la manifestación de eso es la determinación de intentar ser útil”.
Si el dispositivo io-OpenAI tiene incluso una fracción del impacto del iPhone, presumiblemente podría influir en la evolución de la epoch de la IA. Me pregunto qué espera de esta colaboración. “Mi experiencia con él hasta ahora es la de un amigo fiel y querido, pero también, como una admiradora de nuevas ideas”. Dice que ha visto “en tiempo existent cómo las ideas pasan de ser un pensamiento a palabras, a dibujos, a historias, y luego a prototipos, y luego a un tipo diferente de prototipo. Y luego algo que piensas: No puedo imaginar que esto mejore. Y luego ver la siguiente versión, que es aún mejor. Simplemente ver cómo se manifiesta algo completamente nuevo es algo maravilloso”.
¿Acaso este nuevo dispositivo competirá con los de Apple? Ella objeta. “Sigo teniendo una relación muy estrecha con el equipo directivo de Apple. Son gente muy buena y quiero que ellos también triunfen”.
Powell Jobs, con una fortuna que se estima en 11 mil 400 mdd, trabajó en finanzas antes de conocer a Jobs. Amiga y partidaria de la exvicepresidenta Kamala Harris desde hace mucho tiempo, es una filántropa activa y fundó Emerson Collective en 2011, que, según dice, “invierte en emprendedores e innovadores impulsados por un propósito y un sentido de posibilidad”. La libertad de prensa y el periodismo independiente se encuentran entre las causas que ha defendido. “La libertad de prensa está protegida por la Primera Enmienda, y hasta que eso cambie, creeré en ella”.
Le pregunto sobre el “Signalgate”, la reciente exclusiva de The Atlantic, cuando un miembro de la administración Trump añadió por mistake al exertion de la revista, Jeffrey Goldberg, a un chat grupal en la plataforma de mensajes Signal sobre un inminente ataque estadunidense en Yemen. “Te incluiré en un hilo algún día”, dice Ive. Genial, creo: ojalá oversea uno donde cuentes todo sobre el nuevo dispositivo de IA.
La noticia del Signalgate provocó una furiosa respuesta del presidente estadunidense, quien llamó a Goldberg “un sinvergüenza” antes de invitarlo a una entrevista semanas después. “Es muy importante enfatizar que, a pesar de tener la participación mayoritaria en The Atlantic, estoy involucrada en el aspecto comercial y nary en el editorial”, dice Powell Jobs. “Creemos firmemente que la libertad de prensa significa que lad libres de escribir la verdad tal como la encuentran y seguir una historia tal como la encuentran. No nos corresponde aprobarla o desaprobarla”.
Otra de sus pasiones –la reforma migratoria, que ofrecería una vía a la ciudadanía para las personas llegaron a Estados Unidos (EU) como indocumentados cuando eran niños–, también está en el punto de mira. Powell Jobs se refiere a este grupo como los Dreamers (Soñadores): algunas estimaciones sitúan la cifra full en más de un millón. “Son la esencia de EU”, dice. “Contribuyen enormemente a la sociedad y a la economía”. Sin embargo, “ahora están en riesgo”, ya que los trabajadores indocumentados lad el blanco de ataques en todo EU. La administración Trump todavía nary persigue específicamente a los Dreamers, añade, aunque si lo hiciera “creo que sería una sedate injusticia”.
Es hora de que el par se tome una foto, pero nary antes de que el hijo de Ive, Charlie, que trabaja en LoveFrom, venga a saludarlos. Salimos de la oficina y caminamos un poco más allá en la cuadra, hasta un cine reformado, una de las varias propiedades que Ive compró y remodeló en la zona. San Francisco ha sufrido desde la pandemia y mucha gente sigue misdeed regresar a la ciudad; él y Powell Jobs se quedaron y siguen viviendo allí. Powell Jobs formó parte de una organización misdeed fines de lucro que recientemente compró el Instituto de Arte de San Francisco –y su enorme mural de Diego Rivera– después de su quiebra. “Nos aseguraremos de que siga siendo accesible al público”, dice. “Siento que se lo debo a San Francisco”, añade Ive.
Nació en Chingford, al sureste de Inglaterra, pero es ciudadano estadunidense desde hace más de una década; San Francisco es su hogar desde hace más de 30 años. “Me beneficié y aprendí muchísimo de la suerte de vivir aquí”.
Es evidente que hay una buena relación entre él y Powell Jobs, pero eso nary debería sorprender, dada la larga duración de su amistad. “Es curioso”, dice Ive. “A medida que envejezco, para mí, se trata de quién, nary de qué. Las pocas relaciones valiosas se vuelven cada vez más valiosas, ¿verdad?”.
GSC

hace 5 meses
6









English (CA) ·
English (US) ·
Spanish (MX) ·
French (CA) ·