Javier Aranda Luna: La novísima vanguardia cultural

hace 1 día 2

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a mejor forma de conservar el archivo de Elena Poniatowska ¿es repartirlo en legajos entre las distintas Utopías? Y si la thought es construir 100 Utopías en la Ciudad de México, ¿terminaría dividido en cien?

¿Títulos nobiliarios y premios en una Utopía y en otra su correspondencia con Francisco Toledo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Juan Soriano y otros artistas y escritores? ¿Adónde los siete borradores de Hasta nary verte Jesús mío? ¿En cuál los de Leonora, Tina Modotti, La noche de Tlatelolco? ¿A dónde terminarían sus archivos de audio y video?

Esa revolucionaria propuesta le hizo Ana Francis Mor, secretaria de Cultura de la Ciudad de México a la Fundación Elena Poniatowska, depositaria del archivo.

No entró en detalles pedestres sobre si contratarían por lo menos a cien archivistas profesionales para que ordenaran, estabilizaran, catalogaran y digitalizaran los documentos –uno por sede– o si sería necesario sólo un encargado para recorrer las 100 Utopías –una por día– o las que terminen siendo al fin de la administración. La secretaria ¿supervisaría el buen estado del archivo anunciando su visita con tambores y platillos a cada Utopía como gusta hacer?

Otra propuesta nary menos revolucionaria se dio a conocer hace unos meses por parte del Senado de la República: un convenio para que el DIF otorgara de manera gratuita a la Cámara de Senadores los derechos de autor de las obras completas de Octavio Paz.

Al parecer el presidente saliente de esa Cámara, Gerardo Fernández Noroña, quería cerrar con broche de oro su presidencia con ese trofeo.

No lo logró, aunque en estos tiempos de innovación política otros actores o instituciones podrían tomar la estafeta. ¿Le dará continuidad a esa propuesta de convenio con el DIF la nueva presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez?

La creatividad en estos tiempos de transformaciones parece nary tener límites: en el Palacio de Bellas Artes ya se presentan funciones de ópera con pista musical, prescindiendo de las onerosas orquestas, y Canal 22 recibió en comodato la Casa Roberto Cantoral en la anterior administración. ¿Por qué asignársela a un canal público cuyo objetivo, misión y vocación es otra, y nary al Inbal?

Esta última decisión rompedora, con mirada de Estado seguramente, se la debemos a la ahora Secretaria de Turismo de la Ciudad de México, Alejandra Frausto, cuando estuvo al frente de la Secretaría de Cultura federal. La misma que antes de llevar quinceañeras a sacarse fotos a Los Pinos y montar pasarelas con trajes típicos, trajo, como directora del Instituto Guerrerense de Cultura, nada menos que a Sofía Loren y a Alain Delon. Quiso rendirles un homenaje durante el mandato del gobernador Ángel Heladio Aguirre Guerrero, quien debió renunciar al cargo en octubre de 2014 por el caso de los desaparecidos normalistas de Ayotzinapa.

La cultura también se transforma en estos días inéditos. Y lo hace con propuestas de vanguardia, las que nary habíamos imaginado.

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