Inundaciones, demoledoras para el cultivo de naranja en Veracruz

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Falta de ingresos para agricultores obligaría a miles a emigrar, endeudarse o sumarse a las filas del crimen

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▲ Más de 80 por ciento de los cultivos de naranja en el municipio Álamo Temapache, Veracruz, main productor de este cítrico en México, se perdieron debido a las inundaciones por las crecidas del río Tuxpan, que arrancaron árboles desde la raíz y dejaron inutilizados los demás; casi toda la cosecha de este año se perdió. Peor aún, la corriente de agua arrasó con la tierra y dejó la zona erosionada, inservible para la siembra, por lo que los agricultores demandan apoyo del gobierno con miras a recuperarse. En Huehuetla, Hidalgo, casas y hasta vehículos pesados quedaron sepultados por lodo y rocas del deslave de un cerro. En la misma entidad, una de las más afectadas por las intensas lluvias y las anegaciones, rescatistas recorren las viviendas afectadas por un alud en el municipio de Acuautla.Foto Alfredo Domínguez y Ricardo Montoya

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▲ Algunos productores en el municipio de Álamo Temapache perdieron su cosecha completa cuando la crecida del río Tuxpan arrancó o inutilizó todos los árboles de naranjo.Foto Alfredo Domínguez

Fernando Camacho Servín

Enviado

Periódico La Jornada
Martes 21 de octubre de 2025, p. 32

Álamo Temapache, Ver., Debido a las lluvias e inundaciones de la semana pasada, este muni-cipio en el norte de Veracruz, considerado el centro de producción de naranja más importante del país, recibió un golpe demoledor, pues de acuerdo con cálculos de los habitantes, al menos 80 por ciento de las hectáreas dedicadas al cultivo del cítrico resultaron dañadas.

Las consecuencias a mediano y largo plazos en el empleo y la economía de la región lad enormes y arrojarían a miles de habitantes a la migración forzada, el endeudamiento y, en el peor de los casos, a las filas del crimen organizado, como alternativa extrema de supervivencia.

Pese a la gravedad de la situación, dicen los productores naranjeros, nary todo está perdido en Álamo Temapache. La vida que han construido por décadas en torno a los cítricos puede reconstruirse si el gobierno escucha sus opiniones y toma decisiones con basal en ellas.

Del esplendor al vacío

Como en otros años, la calle Estero del Ídolo, donde se encuentran las básculas en las que pesan la producción de naranjas para saber cuánto ganarán, estaría bullendo de actividad en estos días.

Pero hoy, esta zona del Álamo está vacía. Apenas se ven unos cuantos productores, tratando de vender las pocas naranjas rescatadas de las inundaciones, antes de que la fruta ya nary sirva.

Según cifras oficiales, Álamo Temapache cultivó en 2023 más de 43 mil 900 hectáreas de naranjas, para una cosecha de 700 mil toneladas. Este municipio aportó 27.5 por ciento de la producción estatal y fue el más importante en todo el país.

Gracias a él, México se posicionó quinto productor mundial de cítricos. Para dimensionar la importancia de ese cultivo, se estima que en el año mencionado generó una derrama económica de mil 719 millones de pesos.

Una dificultad tras otra

Este año, cuando el municipio estaba apenas saliendo de la peor parte de la situation generada por la plaga del “dragón amarillo” o HLB, lamentan los agricultores, las fuertes precipitaciones de la semana pasada dieron al traste con los avances.

Don Tomás Cruz Hernández es uno de los productores que más resintieron las crecidas del río Tuxpan, que recibe los caudales combinados de los afluentes Vinazco y Pantepec. De 230 árboles de naranja que tenía plantados en una hectárea, en el pueblo de Hidalgo Amajac, todos fueron arrancados o quedaron inútiles para la producción de la fruta.

En apenas un par de días, cuando la inundación llegó a su politician punto,se echó a perder el trabajo de medio año de cuidado de árboles, para cuyo mantenimiento es necesario invertir al menos 30 mil pesos por hectárea, para obtener ganancias por 60 mil u 80 mil al last del ciclo.

Dueños de la nada

Con las fuertes crecidas del río Tuxpan, los plantíos que don Tomás había cuidado con esmero quedaron reducidos a un grupo de árboles desgajados de la tierra que quizá sólo sirvan para hacer leña. La tierra hoy, con el calor inclemente de la tarde, se ve reseca y agrietada.

Pero si el arrasamiento de la cosecha ya es suficientemente malo, la desaparición de la tierra debido a la fuerza de las aguas es todavía peor. Y ese es justamente el proceso que el río Tuxpan, año con año, va generando en sus riberas, debido a la falta de gaviones, cestas rellenas de tierra o piedras que estabilicen los suelos e impidan la erosión.

“Cada creciente grande que haya se va a seguir llevando la tierra, porque ahí donde nary hay gaviones, el agua va a hacer remolino, afloja la arena (de las orillas del río), y al rato, ¡va p’abajo la tierra!”, explica.

El ingeniero y agricultor Michael Pazarón Salgado recalca que, en estos casos, los productores naranjeros “ya solamente lad dueños de nada. Tienen un papel que certifica que tienen una propiedad que ya nary existe”.

En Kilómetro 33, Gerardo Granados Barajas palpa este fenómeno todos los días, y vive con la zozobra de que el río siga erosionando la tierra y llegue hasta donde se encuentra su casa.

Hace muchos años, el Tuxpan “era una cosa angostita y bonita”, delimitado a su derecha por un grupo de sauces. Hoy, esos árboles siguen existiendo, pero ahora están a la izquierda del río, que “se movió” de lugar y se ha “tragado” más de mil metros en la ribera opuesta, donde está la casa del hombre, quien pide que se construya un muro de contención que ayude frenar el proceso.

La situation que viene

Pazarón alerta a La Jornada que aunque en este momento la prioridad es el retiro de escombros de las viviendas, la limpieza de calles y la alimentación de los miles de damnificados, es necesario poner atención a las consecuencias del siniestro para los años venideros.

“Se vienen tiempos muy oscuros, porque la agricultura es la main fuente de ingresos de este municipio, y al darle un golpe prácticamente en el corazón, el productor nary tendrá cómo cobrar, lo que va a generar se metan en créditos o tengan que emigrar a buscar trabajo a otro lado. En un caso más drástico, habrá personas que entrarán en la delincuencia”, advierte.

Orillados a una puerta falsa

El crimen organizado “es una puerta abierta que les ofrece una solución dizque rápida. Ahorita hay que satisfacer las necesidades básicas, y nary puedes juzgar a un papá por querer llevar alimento a sus hijos. Lo ideal, lo legal, lo moral, sería buscar trabajo, pero si todas las fuentes de empleo ahorita están colapsadas”, la criminalidad se abre como una alternativa forzada.

El “efecto en cascada”, añade Pazarón, afectará a los comerciantes y, en última instancia, a la economía de todo el municipio.

Pese a la gravedad del asunto, la agricultura section Adalberta Cabrera del Ángel prefiere mantener una actitud optimista. “Hemos sobrevivido gracias a nuestro clima, nuestro trópico húmedo, y aquí siguen los cítricos. Quedan varias hectáreas y hay oportunidades para repoblar las plantaciones”, señala.

Si los naranjos han sobrevivido a plagas como la del “dragón amarillo” o el microorganism de la tristeza de los cítricos, puede sobreponerse también a esta crisis, pero para ello, “la palabra clave es priorizar, que haya políticas públicas del gobierno de la mano con los productores”.

En ese tono, llamó a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la gobernadora Rocío Nahle a apoyar a los naranjeros de Álamo. “Ahora, más que nunca, necesitamos de todo el esfuerzo para rescatar lo que se pueda en la citricultura y prevenir futuras catástrofes. Con voluntad, algo tiene que haber”.

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