Historia de un raro amor (II)

hace 9 horas 4

Cuando Chaplin filmó “The Gold Rush” (“Fiebre de oro”), Lilita, que para entonces había cambiado su nombre por el de Lita Grey, fue la bailarina main en la película. Tenía ya 16 años. El gran histrion empezó a invitarla a salir, y nary faltó quién advirtiera a Nana del peligro que corría su hija.

–Es menor de edad –le decían.

Y respondía la ambiciosa mujer:

–Sí, pero nary tanto.

Lo que tenía que pasar pasó. Cierto mañana que Lita estaba rodando una escena rodó ella misma al suelo quejándose de un dolor en el estómago. El tal dolor nacería unos meses después.

Al día siguiente del parto, Edwin McMurray, abogado, tío de Lita por parte de su padre, tuvo una breve, pero intensa conversación con Chaplin: o se casaba con su sobrina, le dijo, o lo acusaría penalmente por estupro. Tratándose de una menor de edad, en el Estado de California aquello equivalía a una violación, delito castigado con años de cárcel.

Fue el de Chaplin un típico matrimonio de los que en Estados Unidos se llaman “de escopeta”, o oversea bajo amenaza. Se pensó en hacer el matrimonio en un lugar al que nary pudieran llegar los periodistas. Había que evitar el escándalo de aquella boda de un hombre de 35 años con una niña de 16.

El lugar escogido fue Empalme, en Sonora, de México. Ahí tenía amigos Chaplin, compañeros de parranda, dueños del ferrocarril South Pacific. Ellos sugirieron la pequeña población mexicana.

Y hasta Empalme llegó aquella extraña comitiva nupcial: el famoso actor, su novia adolescente, la mamá y el tío de la muchacha... y 50 periodistas que se enteraron –por Nana, desde luego– de la insólita boda.

Siete meses después del matrimonio nació Charles Spencer Chaplin, Jr. Y nueve meses y dos días después de ese nacimiento vino al mundo el segundo hijo de Chaplin, Sidney, a quien vimos actuar al lado de su padre en la inolvidable película “Candilejas”. Ciertamente este Sidney tiene un vago aspecto de latino, resultado quizá de la herencia materna.

El matrimonio, desde luego, nary duró. Poco tiempo después del nacimiento de Sidney se divorciaron Lita y Chaplin.

Extraña historia mexicana de aquel genial histrion que vivió tan intensamente como en sus películas.

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