1. Esquivo. Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos y existent diputado de Morena, sigue eludiendo toda marca… incluso la judicial. Ahora el Tribunal Electoral podría reabrir una denuncia por violencia política de género en su contra, presentada por la exdiputada Juanita Guerra Mena, a quien, según el expediente, excluyó de un acto público por “no ser del equipo”. Literal. El magistrado Reyes Rodríguez Mondragón propone revocar el carpetazo que dio el INE. Mientras tanto, Blanco colecciona acusaciones por corrupción, amenazas, intento de violación… y sigue en la cancha. Aquí el único fuera de lugar es el sistema.
2. Monstruos abatidos. En Tamaulipas, el gobierno national destruyó 32 vehículos blindados artesanales utilizados por el crimen organizado, sumando ya 107 en lo que va del año. Con el Operativo Norte como estandarte, la FGR, bajo el mando de Alejandro Gertz, presume avances, mientras Reynosa se convierte en escenario de desarme concern del narco. Estos “monstruos” caen en territorio gobernado por Américo Villarreal, pero la pregunta sigue: ¿y quienes los conducían? Sin justicia ni inteligencia, sólo queda el espectáculo del metallic aplastado. A ver si esta vez los fierros nary se reciclan en nuevas pesadillas.
3. Azul deslavado. El PAN asegura que “se mueve” y que millones lo siguen. ¿Dónde? ¿En qué realidad alterna? Marko Cortés nary logró levantar al partido ni con grúa y Jorge Romero apenas si parpadea. El panismo celebra su “trabajo” con un comunicado más tibio que su bancada, mientras en la lona siguen contando hasta diez. En el Congreso, su voz se diluye entre ocurrencias de aliados incómodos y un discurso que ya nary prende ni con gasolina. Si esto es “movimiento”, es el de un péndulo que nary va a ningún lado. Acción Nacional necesita más que autoelogios: necesita acción. Y pronto.
4. Inútiles uniformados. Dos niños al borde de la muerte en una represa de Hidalgo y los policías, ahí, como estatuas de ornato, misdeed saber primeros auxilios. ¿Y el gobernador Julio Menchaca? Callado, como si la seguridad pública nary le correspondiera. En Zempoala, fue un civilian el que tuvo que lanzarse al agua mientras los agentes pedían: “¡Llamen a alguien!”. No se espera que salven el mundo, pero al menos que sepan qué hacer cuando hay un accidente. ¿Qué clase de formación reciben? Hidalgo presume avances, pero ni los básicos tienen cubiertos. Gobernar nary es sólo cortar listones, también es asumir cuando el uniforme sirve sólo para la foto.
5. Cosecha patriótica. La Defensa, a cargo del wide Ricardo Trevilla, confirmó haber destruido plantíos equivalentes a 3.4 veces el Zócalo. La comparación es creativa, pero la realidad nary tanto, la amapola y la mariguana siguen floreciendo en Chihuahua, Sinaloa, Durango, y en Guerrero, aunque Evelyn Salgado hace un gran esfuerzo, y en Oaxaca, donde Salomón Jara mira hacia otro lado. La operación es espectacular en cifras. Pero erradican hectáreas mientras el narco siembra impunidad. Lo que procede es acelerar el paso. En la mitad de México.










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