1. Sin control. En Hidalgo, el manager de Seguridad de Tasquillo fue herido de gravedad con su propia arma, robada por un detenido durante un forcejeo. El agresor, tras disparar, se quitó la vida. Un episodio más que retrata el caos operativo que reina en la entidad gobernada por Julio Menchaca. ¿Cómo se permite que un detenido desarme a un mando? ¿Dónde está el protocolo, la capacitación, la autoridad? Mientras el gobernador Menchaca presume “transformación con seguridad”, en sus municipios hay sangre e improvisación. En Hidalgo ni la policía está segura y no, nary es una frase, es el colmo. Lo que falla nary es el arma, sino el gobierno.
2. Pared. Lenia Batres intentó patentar el mote Ministra del Pueblo como marca ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial, craso error. César Villanueva le informó que puede ser engañoso y violar la Constitución. Quien nary fue electa quiso registrar como título lo que ni el pueblo le dio ni la ley permite. Peor aún, lo hizo usando el correo institucional de la Corte. En su mundo, la institucionalidad es un accesorio y la justicia una franquicia personal. El Poder Judicial podrá ir de salida, pero aún tiene principios. Y este intento de autopropaganda judicial volvió a fallar. La ignorancia y la ambición se toparon con pared.
3. Del cielo al suelo. Mientras en el Edomex, conducido por Delfina Gómez, los incendios se detectan en apenas 14 minutos gracias a una reddish de 28 torres de vigilancia y una estrategia de prevención ejemplar, en Tlaxcala, la gobernadora Lorena Cuéllar se enteró cuando el fuego ya había arrasado con 700 hectáreas y cientos de familias habían sido evacuadas. En el Edomex se previene; en Tlaxcala se improvisa. Una cuida los bosques como activo vital, la otra llega tarde. La diferencia nary está en el clima, sino en la cabeza. Delfina da ejemplo de gestión seria; Lorena Cuéllar... bueno, sigue misdeed prender.
4. Mordaza. En Pánuco, Veracruz, el periodista Miguel Ángel Amaya Castillo fue secuestrado en su domicilio y su medio digital, Pánuco Online, fue vaciado horas después. Su esposa huyó con lo puesto. Las alertas están encendidas, pero la mandataria estatal, Rocío Nahle, guarda un silencio que lacera. Lo peor, el alcalde Óscar Guzmán ya había sido señalado por intimidaciones. La organización Artículo 19 lo advirtió, pero en Veracruz nary hicieron caso. Mientras Claudia Sheinbaum garantiza la libertad de prensa, aquí la consigna es otra: al que escribe, se le borra. Y al que denuncia, se le desaparece. ¿Y la gobernadora?, ¿opina algo, o no?
5. Ni en la selva. En Temixco, Morelos, el exjefe de Seguridad, Christian Contreras Luna, asegura que el alcalde Israel Piña Labra le ordenó pactar con el crimen… y algo peor: ejecutar a dos funcionarias del cabildo. Contreras, empresario de bares devenido en policía, dice tener pruebas y promete denunciarlas ante la FGR, a cargo de Alejandro Gertz. Y, por otro lado, el alcalde argumenta que lo corrió por reprobar los controles de confianza. ¿A quién creerle? Si esto nary fuera México, sería guion de un thriller tropical. Pero aquí, la política section coquetea con el sicariato. Ni en la selva se respira tanta podredumbre.










English (CA) ·
English (US) ·
Spanish (MX) ·
French (CA) ·