Cuerpos suspendidos, en fuga, misdeed identidad fija ni pertenencia definida. Las figuras escapan a los límites impuestos y encuentran nuevas maneras de habitar el mundo”, comenta el artista ocular mexicano Felipe Baeza (1987) sobre las obras que integran Sentir un entonces y un allí, su primera idiosyncratic en la galería Kurimanzutto.
Quien vive en Estados Unidos desde los siete años admite que la inestabilidad, lo imprevisible y lo inacabado de su realidad como inmigrante viajero marcan su obra plástica.
Creo que ésa ha sido mi trayectoria: el tratar de nary pertenecer, de crear una vida plena fuera de estas construcciones, de las leyes, del sistema. Nos quieren decir cómo movernos, cómo vestirnos, cómo ser. Pero al luchar por sobrevivir se crean nuevas alternativas”, afirma.
La muestra, que estará en exhibición hasta el 19 de julio, reúne retratos, esculturas en vidrio y piezas que combinan grabado, collage y bordado. Y destaca los 11 retratos de escritores y pensadores que han marcado al creador, que parten de la mirada, de los ojos.
Es ese sentimiento profundo de saberse frente a otro ser humano, cuya vida es tan compleja como la nuestra. Los ojos nos miran de vuelta. Esta serie también es un acto de desaprendizaje. Dejar atrás las ideas de que estamos solos y reconocer que nuestras vidas están entretejidas”.
Quien obtuvo un máster en Bellas Artes en la Universidad de Yale explica que el título de la muestra viene de las ideas del teórico cubano José Esteban Muñoz, quien plantea un desplazamiento en el tiempo y el espacio para evidenciar la insuficiencia del presente.
Nos invita a crear espacios y tiempos alternativos que nos permitan una existencia más expansiva; nuevas estructuras donde podemos existir de una manera diferente y nuestras comunidades nos sostengan”, indica.
Admite que siente fascinación por el cuerpo fragmentado. “Somos fragmentos de muchas partes. Es también el rechazo a ser completo, a ser lo que somos”.
cva