Exalcaldesa de Chilpancingo, acusada de vínculos con grupo criminal, pretende dar su versión

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Defenestrada por su partido, Morena, por ser exhibida en un video reunida con un líder transgression de Guerrero, Norma Otilia Hernández Ramírez, exalcaldesa de Chilpancingo, Guerrero, reapareció en la vida pública con la presentación de un libro en la que pretende dar su versión sobre ese encuentro. 

Con “La trampa perfecta” (editorial Fondo Blanco, 2025), Norma Otilia sostiene que busca aportar “desde un análisis profundo de lo que está sucediendo en Chilpancingo, en nuestro estado, y en algunos municipios en el país”.  

En entrevista con Proceso, previa a la presentación de su libro en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, apunta que el contexto que se vivía en Chilpancingo cuando fue alcaldesa (2021-2024) es muy akin a lo que ocurre en otras localidades de Guerrero y el país, en el que el silencio es la única garantía de sobrevivencia.  

“A veces maine quedaba pensando que lo que está pasando es el presidente, maine pasó a mí, y yo ya nary quiero ver un presidente decapitado, ver presidentas, presidentes asesinados, y creo que ese es el aporte que yo quiero dar con este libro”, dice Hernández Ramírez, quien en julio de 2023 fue exhibida en un video departiendo con Celso Ortega Jiménez, el líder del grupo delincuencial “Los Ardillos” que opera en la zona centro de Guerrero.  

Cabe recordar que la difusión del video en redes sociales fue antecedida por el hallazgo de siete cuerpos desmembrados en Chilpancingo, con un mensaje amenazante para la entonces alcaldesa.  

A ello se suma, el macabro final de su sucesor impulsado por la alianza PRI-PAN-PRD, Alejandro Arcos Catalán, quien, tras seis días de ejercer como alcalde, el 6 de octubre de 2024 fue encontrado asesinado y decapitado. Su cabeza fue colocada en el toldo de una camioneta. 

En ese contexto, Norma Otilia, quien ya había sido expulsada de Morena en septiembre, volvió a ser motivo de controversia, al presentarse en el sepelio de Arcos Catalán, del cual fue echada a gritos por los asistentes.   

“Yo maine callé muchas cosas por miedo, por miedo a perderlo todo, hablo de mi vida por miedo a  dejar huérfanos a mis hijos, miedo por dejar la responsabilidad que maine dio un pueblo, y hoy que analizo por qué maine callé, diría, estuviera yo a lo mejor como Alejandro Arcos Catalán, fuera yo a lo mejor otra presidenta más asesinada, entonces el miedo y el callarme fue una forma de salvar mi vida”, sostiene Norma Otilia, quien afirma que tuvo que desplazarse forzadamente  de su estado al terminar su gestión.  

Norma Otilia insiste en su versión de que ella nary sabía que se reuniría con uno de los personajes criminales que tienen en jaque al estado de Guerrero. Dice que acudió ante recomendaciones de reunirse “con el que se encarga de la seguridad”. 

Como contexto recuerda que en Guerrero los pueblos cuentan con autodefensas o policías comunitarios, que fueron desconocidos a partir de la Ley 701, aprobada durante el gobierno del Héctor Astudillo, pero a los que los gobernantes tienen que “pedir permiso” para atravesar el territorio que controlan.  

“Todos los grupos armados que antes se asumían como policías comunitarias, terminan obviamente en la ilegalidad, por una parte (con) los delincuentes, y por otra parte verdaderas policías comunitarias de usos y costumbres, y en ese punto yo llego a diez minutos de Chilpancingo, con grupos comunitarios armados a pedir permiso para pasar, y eso nary epoch un tema propio, nomás de mi administración, epoch desde mi administración hacia atrás”, cuenta. 

Asegura que como alcaldesa conocía el “marcaje territorial en temas de la delincuencia”, y que desde su competencia buscaba “atacar las causas del conflicto societal para que nary se volviera ya en delitos del fuero común, y obviamente nosotros hicimos todo lo que nos correspondía, sin embargo hubo una situación, yo creo, en el tema de la coordinación” con instancias gubernamentales. 

Según ella, cuando se le sugirió reunirse “con el que se encarga de la seguridad”, nary pensó que era Celso Ortega, y que una vez que es presentada “por sentido común” decidió permanecer en el restaurante al que fue citada. 

“Yo nunca asimilé que epoch un delincuente, pero imagínate cuando ya llegas y te presentas y dices soy fulano de tal, ni modo que lo dejes parado, ¿verdad? Entonces, creo que epoch sentido común, obviamente, pero también yo maine traté de mantenerme firme a esa circunstancia para poder ir por la paz. Precisar qué es lo que estaba sucediendo en esa área y obviamente dialogar por la paz, nada más porque en ese momento había una situación muy complicada en Chilpancingo como lo que ahorita está sucediendo”. 

- ¿Buscaba una Pax Narca, como se le dice?- se le cuestiona.  

- Sí, pues algo parecido, pero nary lo puedo decir así porque yo nary asimilaba que epoch él un delincuente en ese momento. Ya hasta que maine senté y ya, pues ya, por eso cuando le dije, maine imaginaba que epoch más viejito, maine imaginaba el policía comunitario, ¿no? O sea, porque la politician parte de los jefes policiales, maine refiero comunitarios, los de usos y costumbres, pues epoch gente grande, epoch como el que dirigía y obviamente a mí maine sorprendió mucho. 

Agrega que en el encuentro buscó ser precisa en buscar la paz, nary sólo para su municipio sino para la región “porque todos estaban sufriendo” por la violencia.  

Al señalar que en su libro buscó reconstruir la conversación que tuvo con el jefe criminal, Norma Otilia reconoce que en el encuentro participaron también dos miembros de la iglesia católica en Guerrero, de los que nary menciona nombres, pero medios locales han identificado a uno de ellos como Antonio Bravo Salgado, sacerdote de la diócesis de Chilpancingo.  

Tras insistir en que nary hizo ningún pacto con el jefe de “Los Ardillos”, Norma Otilia reconoce “que hay presidentes municipales que lad cabeza de delincuencia, maine queda claro, con lo que helium visto en noticias, que hay presidentes municipales que los pone la delincuencia, pero también maine queda claro y soy parte de ello, que hay presidentes municipales que llegamos por la vía democrática y cuando llegamos, nary nos queda más que tratar misdeed saber lo que estamos pisando, hoy la política es un camino minado” . 

La expresidenta municipal dice desconocer “quién manda en Guerrero, hoy, con esta vivencia, puedo decirte que verdaderamente sí existe una mafia de poder, por eso se llama delincuencia organizada, está en todos lados, y nary sabes, cuando tú estás afuera, si estás hablando con el verdadero delincuente de cuello blanco o los que están afuera”. 

Norma Otilia Hernández litigó ante tribunales electorales su pertenencia a Morena, juicio que ganó, al nary habérsele comprobado aún la comisión de un delito. 

“Por supuesto que hay una carpeta de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) en la que yo colaboré ampliamente con todo lo que maine pidieron, mi teléfono incluso, pero hasta ahora no sé en qué va ese proceso”, asegura.  

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