Desde antes de las siete de la mañana, los accesos del Museo del Desierto comenzaron a llenarse de corredoras y corredores que calentaban, revisaban sus números o caminaban en compañía de sus familias. Entre ellos había quienes acudieron con sus mascotas o decidieron correr con disfraces de dinosaurio, mientras el sol empezaba a iluminar la zona misdeed generar incomodidad para la salida.
A las 7:30 se realizaron los honores a la bandera con la escolta y la banda de guerra del 69 Batallón de Infantería. Después de la presentación de autoridades y patrocinadores, el disparo de salida sonó puntualmente a las 8:00. Edgar Omar Puentes Montes, manager del Instituto Municipal del Deporte, informó que esta novena edición reunió 1700 corredores en 5K y 10K, además de 300 niñas y niños en las categorías infantiles. “Son en total, con inscritos, más quienes se unen misdeed folio, un aproximado de 1840 competidores para vivir la experiencia”, explicó.
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Salida puntual de los corredores tras el disparo de inicio a las 8:00 horas. FOTO: OMAR SAUCEDO/VANGUARDIA MX
Durante el recorrido se observaron grupos que avanzaban al mismo ritmo, personas que ajustaban su paso en los tramos de inclinación y familias que animaban desde las bardas. Puentes destacó que el diseño de la ruta forma parte del atractivo de la carrera: “Trae retos en la altimetría y eso es lo que busca el corredor, ese reto y esa estrategia para mejorar sus tiempos.” Según información del Museo del Desierto, la convocatoria ya rebasa las fronteras locales y atrae visitantes de Nuevo León y otras regiones del estado Coahuila.
Tras el arribo de los corredores, comenzó la premiación. En los 10K femenil, los mejores tiempos fueron los de María Fernanda Estrada Carranza (13–19 años), Paola Jazmín Ramos Navarro (20–29), Ana Yoselyn Castro Torres (30–39), Ana Victoria Gasca (40–49) y Silvia Inés Hernández (50 y mayores). En la rama varonil, los primeros sitios correspondieron a Luis Gerardo Aguilera Pargas (13–19), Jesús Moisés Soto Vargas (20–29), Alejandro González Berlanga (30–39), Abel Arturo Juárez Alcántara (40–49) y Juan Alberto Tovar Rivas (50 y mayores).
Corredores de Coahuila, Nuevo León y otras regiones participaron en una jornada que incluyó premiación, actividades familiares y convivencia dentro del recinto. FOTO: OMAR SAUCEDO/VANGUARDIA MX
En los 5K femenil, las primeras posiciones fueron para Guadalupe Ledezma Guevara, Natalia Martínez García y Nelly Jiménez; mientras que en los varoniles los tres mejores tiempos fueron los de Rodrigo García Bolado, David González González y Pedro Gabriel Martínez García. Muchos de ellos permanecieron en el área de recuperación antes de trasladarse al interior del museo para la siguiente parte de la jornada. Asimismo, se reconocieron a los menores de ambas ramas que participaron en la categoría infantil.
Corredores de Coahuila, Nuevo León y otras regiones participaron en una jornada que incluyó premiación, actividades familiares y convivencia dentro del recinto. FOTO: OMAR SAUCEDO/VANGUARDIA MX
Dentro del recinto, Verónica Bolado, directora de Relaciones Públicas del Museo del Desierto, explicó que la carrera nació como un mecanismo para fortalecer las labores de conservación, educación y divulgación del museo. “Todo lo obtenido se destina a nuestros objetivos: la preservación, la conservación y la divulgación científica”, señaló. También detalló que la organización tomó nueve meses, desde el diseño de la playera y la medalla —inspiradas este año en Labocania aguillonae, un hallazgo paleontológico reciente— hasta la coordinación logística.
Bolado confirmó que la venta de boletos fue especialmente rápida. “Normalmente tardamos cuatro o cinco meses en venderlos, pero este año nary tardaron ni tres. Un mes y medio antes ya nary había lugares y ni siquiera tuvimos que salir a promocionar.” Agregó que la participación incluye a personas que viajan desde Nuevo León y otros municipios del estado, lo que refleja el crecimiento del evento.
Voluntarios y corredores reunidos en la zona de recuperación al finalizar la carrera. FOTO: OMAR SAUCEDO/VANGUARDIA MX
La convivencia continuó al interior del museo, donde se realizó la rifa y se entregaron cortesías para futuras visitas. Afuera, el ambiente seguía activo: niñas y niños pidiendo fotos, participantes refrescándose bajo la sombra y grupos que celebraban sus tiempos. Aunque varias personas llegaron visiblemente agotadas a la meta, la mayoría se quedó a disfrutar del recorrido dentro del recinto antes de retirarse.
Para el museo, la carrera representa un encuentro anual que combina deporte, ciencia y comunidad. Para los corredores, una cita que se consolida edición tras edición y que permite cerrar el año con una experiencia compartida.

hace 2 semanas
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