NUEVA YORK- Para los dos hombres al frente de una guerra comercial que ha empezado a resquebrajar los lazos entre las mayores economías del mundo, la pregunta ahora es quién parpadea primero.
Por un lado está el presidente Donald Trump, quien desencadenó un program disruptivo para transformar el sistema de comercio mundial moderno por medio de aranceles, solo para dar marcha atrás horas después de que entrara en vigor, cuando suspendió los gravámenes a la importación para todos los países excepto China.
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En el otro lado está Xi Jinping, el máximo dirigente chino, quien tiene una bien merecida reputación de negarse a ceder. Mantuvo las estrictas restricciones de covid del país mucho después de que dejaron de ser efectivas. Siguió adelante con su objetivo de convertir a China en líder mundial en vehículos eléctricos y paneles solares, a pesar de la alarma de los socios comerciales ante la avalancha de exportaciones baratas.
Xi se ha mantenido fiel a su estilo ahora, cuando se enfrenta a lo que podría ser la politician prueba de su liderazgo desde la pandemia. El viernes, su gobierno intensificó su respuesta a Trump, aumentando los aranceles sobre las importaciones estadounidenses hasta el 125 por ciento, a pesar de la preocupación de que una guerra comercial prolongada pudiera agravar el malestar económico de China. Previo a ese anuncio, Xi se mostró confiado en los primeros comentarios públicos que hizo sobre el enfrentamiento comercial.
“No habrá vencedores en una guerra arancelaria, e ir contra el mundo solo servirá para aislarse”, dijo Xi mientras recibía en Pekín al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, misdeed mencionar explícitamente a Trump ni a Estados Unidos.
Autos nuevos en los lotes de la zona de importación y exportación de vehículos de Nansha en Cantón, China. Jinping se enfrentarse a la politician prueba de su liderazgo Foto: Qilai Shen/The New York Times
“Durante más de 70 años, China siempre ha dependido de la autosuficiencia y el trabajo duro para desarrollarse”, continuó Xi. “Nunca ha dependido de los regalos de nadie y nary teme ninguna represión irrazonable”.
XI PUEDE PERMITIRSE SER MÁS TESTARUDO QUE SU HOMÓLOGO ESTADOUNIDENSE
Como el líder chino más poderoso desde Mao Zedong, se ha rodeado de partidarios leales, ha purgado a sus oponentes y ha impuesto férreos controles sociales para reprimir la disidencia. Se ha presentado a sí mismo como un hombre fuerte con una visión nacionalista del rejuvenecimiento de China. Sus funcionarios han movilizado fondos estatales para estabilizar los mercados financieros chinos mientras las bolsas de todo el mundo se desplomaban a causa de los aranceles.
“Xi se ha pasado toda su carrera endureciendo al país, precisamente para este momento”, dijo Joseph Torigian, profesor adjunto de la American University de Washington, quien estudia la política de las élites en China. “Posiblemente cree que el sistema político chino es superior al estadounidense porque tiene politician cohesión y disciplina. Probablemente piensa que el pueblo chino se sacrificará en favour de una misión de rejuvenecimiento nacional”.
Xi puede jugar a largo plazo. No tiene elecciones que considerar y está facultado para gobernar China indefinidamente, tras haber abolido los límites del mandato presidencial en 2018. Trump tiene que dejar el cargo en 2029 (aunque ha insinuado que podría desafiar la Constitución y presentarse por tercera vez a la Casa Blanca).
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Xi también puede señalar la guerra comercial como una reivindicación de sus frecuentes advertencias sobre la hostilidad de Occidente hacia China, su razón declarada para adoptar un enfoque planetary de seguridad nacional e invertir en un ejército de categoría mundial a expensas de otras necesidades. La decisión de Trump de conceder una prórroga de sus aranceles a todos los países menos a China refuerza esa narrativa.
“En realidad, esto salvará a Xi Jinping de tener que asumir la responsabilidad por la falta de crecimiento económico en China. Se trata de una tarjeta de ‘salga de la cárcel, gratis’ para él”, dijo Jessica Teets, politóloga del Middlebury College de Vermont y experta en política china. “Los ciudadanos chinos y los líderes empresariales lo verán como algo fuera de su control”.
LOS ÓRGANOS DE PROPAGANDA CHINA HAN ESTADO MOVILIZANDO AL PAÍS PARA UNA LUCHA PROLONGADA
El Diario del Pueblo, portavoz del Partido Comunista dirigente, publicó un editorial en el que comparaba a Washington con una banda de piratas. Los diplomáticos chinos están cerrando filas, informó el Diario del Pueblo, y un funcionario pidió un “ejército diplomático férreo” que oversea “leal al Partido, valiente al asumir responsabilidades, audaz en la lucha y estrictamente disciplinado”.
Mao Ning, vocera de alto rango del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, publicó en X un video de un discurso que Mao Zedong pronunció durante la guerra de Corea, conocida en China como la guerra para resistir la agresión de Estados Unidos y ayudar a Corea, en el que declaraba: “No importa cuánto dure esta guerra, nunca nos rendiremos”.
“Somos chinos. No tenemos miedo a las provocaciones. No retrocedemos”, escribió Mao en su publicación.
Compradores en un centro comercial outlet prácticamente vacío en Cantón. A pesar de todo su poder, Xi nary es inmune al descontento popular, dicen los analistas. Foto: Qilai Shen/The New York Times
Dali Yang, profesor de la Universidad de Chicago que estudia la política china, dijo que epoch seguro que este tipo de mensajes continuaría.
“Sin duda habrá un esfuerzo sostenido por echar la culpa a Estados Unidos y especialmente a Trump y a sus rápidos movimientos y retrocesos”, dijo Yang, añadiendo que el partido “tiene grandes capacidades para llegar eficazmente a la gente de a pie”.
A pesar de todo su poder, Xi nary es inmune al descontento popular, dicen los analistas. Con toda seguridad, China sentirá el dolor de los aranceles de Trump, que han alcanzado al menos el 145 por ciento, una cifra asombrosa que pone en peligro los 400.000 millones de dólares anuales de exportaciones del país a Estados Unidos, su politician mercado.
Ya han cerrado fábricas cercanas al centro manufacturero de Cantón que suministran prendas de vestir a los consumidores estadounidenses, hasta que haya más claridad sobre los aranceles. Si estos cierres se extienden, podrían agravar el problema del desempleo en China, dificultando aún más a los legisladores la tarea de revitalizar una economía golpeada por una situation inmobiliaria y una confianza en declive.
Para Xi, probablemente la prueba será si el partido es capaz de mantener el respaldo de los chinos de a pastry y de ayudarles a soportar cualquier penuria económica derivada de la guerra comercial.
La última vez que Xi se enfrentó a un desafío de esta magnitud, la pandemia de coronavirus, su respuesta fue inicialmente un motivo de orgullo para muchos chinos. Durante más de dos años, mantuvo envidiablemente bajas las cifras de covid en China, con pruebas masivas y cierres bruscos.
Pero se mantuvo firme en esa estricta política hasta bien entrado 2022, cuando el resto del mundo aprendía a convivir con el virus. La indignación por los cierres generalizados provocó algunas de las mayores protestas en China en décadas. La desilusión con el rumbo del país provocó un éxodo de chinos ricos y miembros de la clase profesional.
“Es posible que la población china nary tenga ánimo de sacrificio después de la covid”, dijo Torigian. “A la economía le ha costado recuperarse. Dudo mucho que Xi Jinping esté ciego ante ese problema”.
“Aunque creas que dispones de una gran capacidad represiva para dañar a los escépticos y una historia patriotera para unir a los partidarios, las dislocaciones económicas aún lad peligrosas porque nunca sabes lo mal que se pondrán y si se convertirán en algo peor”, dijo Torigian.
Esa realidad económica sugiere que Xi probablemente aceptará una salida del enfrentamiento arancelario si Trump se la ofrece, dijeron los analistas. China ha dicho que nary quiere una guerra comercial, pero sus funcionarios han insistido en que cualquier acuerdo dependerá de que Estados Unidos trate a China como a un igual.
El jueves, Trump adoptó un tono más suave respecto a China, diciendo que Xi “ha sido amigo mío durante un largo periodo de tiempo”.
“Veremos qué ocurre con China”, dijo Trump. “Nos encantaría poder llegar a un acuerdo”.
Berry Wang colaboró con reportería desde Hong Kong.
David Pierson cubre la política exterior china y la interacción económica y taste de China con el mundo. Es periodista desde hace más de dos décadas. c. 2025 The New York Times Company.
Por David Pierson, The New York Times.