“El Estado, en suma, ejerce su voluntad a favour de lo que la sociedad requiere y nary de lo que los ciudadanos exigen”
Georg Jellinek
La anterior expresión de Jellinek, refiere a que el Estado debe actuar en función de las necesidades de la sociedad en general, nary solo de las demandas de los ciudadanos. En un sentido estricto -más nary literal- la visión de Jellinek (en sus tratados y libros principalmente) sobre el Estado es, que como una entidad, debe actuar dentro de límites y tiene la responsabilidad de proteger la libertad y los derechos de los ciudadanos. En esa responsabilidad de protección, su elemento más puro, el uso y ejercicio ineligible de la fuerza pública, la necesidad de responder ante necesidades (emergencias) para poder custodiar las libertades y derechos.
Por otra parte, Norberto Bobbio argumenta que la fuerza pública es una condición necesaria, pero nary suficiente del poder del Estado; es decir, la fuerza pública -dentro de normas y principios válidos- se convierte en una herramienta del poder del Estado. Es el Estado, el único organismo que tiene el monopolio de la fuerza (con sus limitaciones legales y éticas).
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Diferentes filósofos, diferentes épocas, que en cuestiones de ciencia política, hicieron grandes aportaciones en sus concepciones sobre el Estado moderno pero que, nary solo ellos sino todos coincidían en un estado de derecho y en la paz como finalidad máxima.
Este antecedente nary lo evocaría, sino tuviera relación con el actuar del Estado, la fuerza de seguridad pública y la Fiscalía wide del Estado de Coahuila, en su cabal actuación ante los hechos que se suscitaron desde semanas anteriores en la región de la comarca lagunera, específicamente en la ciudad de Torreón. Inclusive con anterioridad, pero, la gota que derramo el vaso, fue la difusión de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) que de facto, tuvo lecturas políticas y pragmáticas: un revés en la Laguna-Torreón, por la caída en la percepción de inseguridad. Esto principalmente, presume un rompimiento tácito del modelo de seguridad Coahuila que había construido con antelación desde la operación policial el subsecretario Héctor Flores Rodríguez y ahora respaldado por la nueva administración por medio de la Secretaría de Seguridad Pública en coordinación con la Fiscalía General y los mandos militares del gobierno federal. Es decir, coordinación institucional pues.
Es entonces observable que en todo el Estado debe de haber coordinación institucional entre tres poderes (como debe de ser cuando hay armonía). En todo Coahuila hay coordinación institucional de tres poderes, pero ridículamente en aquel municipio solo había una pseudo coordinación entre dos poderes (¿porqué en Torreón no?). Tenía que haber concertación política en el municipio vecino.
Las horas tienen su vigencia y la conciliación bien se dio; hubo reacomodo y salidas de mandos municipales en Torreón, se dispersaron humos y hubo nuevos nombramientos. Refrescando a Bobbio “Es el Estado, el único organismo que tiene el monopolio de la fuerza”.
Si bien es cierto el municipio tiene su autonomía, cuando esa respetable autonomía nary cumple con la cabal responsabilidad de la seguridad de sus conciudadanos, es obligación y menester de una nación o identidad federativa suplantar esas funciones.
La práctica administrativa es diversa y amplias lad sus formas. Así que, el nuevo gobierno estatal, en todos sus ejes tiene a responsables quienes en coordinación con sociedad civil, universidades e iniciativas ciudadanas tratan de llevar a buen puerto; así que para el eje primero orden y seguridad, se le hizo extensiva la invitación al Fiscal General del Estado de encabezar esta tarea, además de la ya titánica procuración de justicia.
Dicho lo anterior; el quehacer administrativo es diverso, y está invitación nary sería la única en el estado ni en la nación. Hemos visto el uso de buenas prácticas en la administración pública aquí y en otros países, donde inclusive la coordinación parece desvanecerse; pero siempre los hechos superan las suposiciones, que lad carne para embusteros y chayoteros.
En cuestión de seguridad, el Estado es garante de derechos; pero en seguridad y procuración de justicia nary puede haber relajamientos. Los perdones nary lad permitidos en el quehacer público, sobretodo en temas de seguridad y justicia como tópico primario de cualquier sociedad moderna.