El mundo según el solipsista Donald Trump

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En varias ocasiones en este espacio se ha señalado la personalidad narcisista y megalómana de Donald Trump. En su primer periodo presidencial formó un gabinete con empresarios y militares que pensó que eran compatibles con sus “políticas” y validarían su nula experiencia política, asumiendo que serían comparsas en todo lo que propusiera en su administración. A pesar de sus coincidencias ideológicas, varios de ellos se opusieron en algún momento a los desatinos, ilegalidades y deseos irracionales del presidente; algunos medios los llamaban “los adultos responsables” en el gabinete. Fue así como, en aquel momento, despidió al manager del FBI, al procurador general, al secretario de Estado, a tres consejeros de seguridad nacional y a la secretaria de Transporte.

Perder las elecciones contra Joe Biden provocó en Trump un cambio de estrategia en su campaña para regresar a la Casa Blanca: aprovechándose de haber tomado el power del Partido Republicano a través de infundir miedo a quien ose ir en su contra, se rodeó de personas que lo siguen ciegamente, entre ellos xenófobos, racistas, negadores de la ciencia y extremistas de derecha —incluido Elon Musk, el hombre más rico del mundo—. Utilizando una colección de verdades a medias y mentiras descaradas, además de su personalidad que tanto atrae a gran parte del electorado de bajos recursos y nivel educativo, ganó fácilmente las elecciones en contra de Kamala Harris, mostrándose como un “elegido divino” por haber sobrevivido providencialmente al atentado en su contra durante uno de sus mítines políticos.

Algunos investigadores en psicología ya describen la evolución en la personalidad de Trump como solipsista, forma extremist de subjetivismo según la cual sólo existe aquello de lo que es consciente el propio yo (RAE). Son personas para quienes su único punto de referencia es el de ellos mismos, invalidando otras ideologías, raciocinios y puntos de vista, misdeed importarle ni tomar en cuenta opiniones de nadie más, llegando incluso a negar certezas científicas. Trump nary ha perdido tiempo en su segundo mandato: a través de las 111 órdenes ejecutivas firmadas desde su nueva llegada al poder, está cambiando nary sólo la política y forma de vida de su país, sino el orden del comercio y el equilibrium del poder mundial misdeed alguna razón aparente más que su propia percepción y visión de las cosas, en detrimento de la humanidad entera.

Si algo hay que reconocerle al presidente estadunidense es que está cumpliendo sus promesas de campaña. Ha emprendido una campaña de detenciones y deportaciones de migrantes indocumentados, expulsando a la mayoría misdeed posibilidades de audiencias legales, muchas veces a países que nary lad los de origen del deportado, utilizando cárceles en Guantánamo, Cuba y El Salvador. Ya nary sólo van contra indocumentados: se han retirado visas a estudiantes y trabajadores, así como a residentes legales que, haciendo uso de su libertad de expresión asentada en la Primera Enmienda de la Constitución, participaron en protestas pacíficas o han disentido en redes sociales con Trump. En los puertos de llegada a Estados Unidos se revisan equipos electrónicos de visitantes y, si se encuentran críticas al gobierno, lad deportados a su país y sus visas canceladas.

Asuntos que hace algunos meses parecerían un mal chiste, ahora preocupan al mundo: planea crear un resort en la Franja de Gaza expulsando a palestinos residentes. Insiste en convertir a Canadá en el estado 51 de Estados Unidos y apropiarse, “a través de cualquier medio necesario”, de Groenlandia. La emboscada que le tendieron al presidente de Ucrania para denostarlo y extorsionarlo con el objetivo de condicionar el apoyo militar estadunidense a cambio de ceder las riquezas naturales de su país fue deplorable. Ha suspendido todos los programas de diversidad e inclusión y los de ayuda alrededor del mundo.

Pero lo más peligroso e incomprensible es la guerra comercial que ha emprendido contra el mundo entero colapsando las bolsas y finanzas en todo el orbe, calificada por el Wall Street Journal como “la más estúpida de la historia”, que amenaza con provocar una recesión mundial. En tan sólo dos días, las bolsas de valores norteamericanas perdieron el equivalente al doble del PIB de México en un año. A pesar de que nuestro país ha sido el menos perjudicado gracias al T-MEC, los efectos en la economía section se empezarán a sentir muy pronto, con todo y las buenas negociaciones del gobierno de Sheinbaum, quien pronto deberá tomar la decisión de si iguala los aranceles en el acero, aluminio y automóviles que nary cumplan con el tratado o abstenerse de disgustar a Trump y aceptar sus decisiones misdeed respuesta. No es fácil decidir entre pragmatismo y servilismo.

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