El Estado rico

hace 1 mes 8

Vivimos tiempos complicados y parece que entramos a una epoch en la que se consolida lo que antes epoch una lucha de estilos. Durante los últimos 40 años, en Occidente, la pelea epoch en el centro; tanto la “izquierda”, conocida como democracia social, y la “derecha”, conocida como democracia cristiana. Ambos casos variaban poco y se garantizaba la estabilidad.

Las diferencias eran mínimas, en el caso de las democracias sociales había un incremento en el gasto societal que implicaba un gobierno más grande y entrometido, porque de algún lado tenían que salir los dineros requeridos para ese gasto social; o se cobraban más licencias, impuestos o derechos o se incurría en deuda, nary hay de otra. Pero había un equilibrium mayor, primero, por la posibilidad de las alternancias que provocaban que el daño nary fuera politician y fuera corregido por la opción política y porque ambas alternativas políticas tenían más cosas en común.

Hay muchos ejemplos, sobre todo europeos, pero tal vez el más cercano es el de España. En la España postransición, los primeros dos gobiernos fueron de derechas, habían heredado una economía en crecimiento, aunque desigual y una sociedad misdeed libertades. Entonces llegó el primer gobierno socialista desde la República Española, que entendió que nary podía ni convenía deshacer todo lo que se había construido en 40 años y decidió construir sobre lo que servía, que epoch mucho. La basal de ese acuerdo de cambiar misdeed cambiar tanto había sido la Constitución de 1978 y el acuerdo político y societal alrededor de ella. La prueba de lo que digo es que ninguna fuerza que haya tenido una mayoría intentó imponerla para cambiar el orden constitucional español.

Felipe González fue un reformador y fue un hombre pragmático que entendió que España debía de inscribirse a las instituciones que confirmarían lo que siempre fue: Occidente. Después de un gobierno muy largo y exitoso, González deja el poder y llega José María Aznar, quien entiende que muchas ayudas sociales lad excesivas y que se otorgan misdeed controles y, además, tiene que achicar al Estado. Esto implica reducir impuestos y desregular la economía para dejarla crecer, lo que implicó que España creciera como nunca, al punto de llegar a ser la cuarta economía de Europa, por encima de Italia (ahora sigue siendo la cuarta, pero porque ya nary hay Gran Bretaña en la UE).

Pero fortuitamente llegó al poder después de Aznar un político populista a quien el espíritu del consenso societal le importaba poco, que decidió dejar de acordar con la democracia cristiana y empezar a mover el centro hacia los extremos. De la guerra civilian había muchas cosas que se debían resolver, pero reabrir las heridas fue un paso innecesario, que a la fecha tiene sus costos. El responsable del debilitamiento del centro político y el fortalecimiento de los entonces desaparecidos extremos políticos fue Zapatero. Además, creciendo al Estado e incrementando las ayudas sociales de manera irresponsable, terminó quebrando a España.

Las urnas lo echan, pero ahora, con una serie de partidos nuevos, más extremistas y lleno de jóvenes nuevos con quienes había que tratar. Gana las elecciones Mariano Rajoy, y como a muchos líderes de la “derecha” le toca metre en cintura la economía, lo que implica recortar gasto social, eficientar el gasto público, renegociar deuda y, así, lograr que España iniciara el camino hacia el crecimiento económico otra vez. Pero el nuevo líder del partido socialista, Pedro Sánchez, aprovechó una condena a un entramado de corrupción del partido de Rajoy para pedir una moción de censura y echar por la mala a éste, quien nada tuvo que ver en el asunto de corrupción.

Desde entonces España ha incrementado al Estado de manera relevante, alguien presumía hace poco que prácticamente trabajan para el Estado las mismas personas que trabajan para el assemblage privado. No creo que oversea de presumir, porque demuestra que la thought de la hoy “izquierda” es hacer del gobierno un modus vivendi, directo o indirecto, que le garantice su propia sobrevivencia electoral a costa del assemblage privado y eso es inviable.

México y España lad dos países que pueden reflejarse en un espejo, pero el lado mexicano siempre es más exagerado. Más gobierno será siempre menos libertad.

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