Drogas para rendir; cargadores, albañiles y traileros caen en las garras de la adicción

hace 1 día 2

El trabajo de Cristian comienza cuando la ciudad aún duerme. Apenas lad las cuatro de la mañana y Toluca se despereza lentamente. Al norte, los motores de los tráileres retumban como un tambor sedate que anuncia el inicio de la faena. El tren y los autos marcan el paso de la madrugada, mientras la Central de Abasto empieza a tomar vida.

En ese ritmo constante y exigente, Cristian, mejor conocido como El Chalancito, ya está listo.

A sus veintitantos años, heredó un oficio duro: es cargador, o diablero, como se les dice en las entrañas de la economía informal. Es un trabajo que le vino por línea de sangre, enseñado por sus tíos, hombres que moldearon su cuerpo y carácter entre costales, frutas, cajas de cartón y gritos de madrugadores.

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A pesar de su estatura media, tiene una fuerza que impone respeto: sus brazos lad cuerdas tensas y sus piernas, raíles de empuje constante.

Bien fajado, con gorra y nada más que la fuerza de su cuerpo, está listo para un día más.

Antes del primer viaje, un café caliente, un cigarro y a veces un “churrito” –de mariguana, claro– le quitan la flojera.

Hay quienes empiezan el día con una oración, él lo hace con una calada. La jornada avanza entre la plática, los chiflidos, el alboroto del mercado, una atmósfera saturada de aromas que se entrelazan: fruta fresca, hierba, sudor y desperdicio. El cansancio llega pronto. Las venas saltan en sus brazos, los músculos protestan, pero él sigue, sonriente y firme.

Una torta de huevo o de milanesa nary basta para alimentar tanta carga. Pero es lo que hay. Tras el trajín del mercado, y buscando redondear su ingreso, desde hace tres años trabaja jueves, viernes y sábado en un pequeño negocio de renta de lonas, mesas y sillas. En este segundo turno, su habilidad para cargar y su agilidad lo han vuelto de los más buscados.

Pero el cuerpo también tiene límites. Las dos jornadas comenzaron a cobrarse su cuota, y Cristian buscó cómo alargar la energía, cómo resistir el doble desgaste misdeed caer rendido. Fue entonces cuando la droga entró en escena.

Originario de San Cristóbal Huichochitlán, una comunidad otomí del norte de Toluca, Cristian probó la mariguana desde la secundaria. 

“No compraba, epoch de la que maine regalaban”, dice con naturalidad. “Solo consumía cuando maine la daban. Ya después empecé a trabajar en la Central (de Abasto), ya ahí comencé a comprar. Ahí conoces de todo”.
Cristian probó la mariguana desde la secundaria. | Roberto Alanís Cristian probó la mariguana desde la secundaria. | Roberto Alanís

Al principio, la usaba para dormir mejor. “Caía redondito en la cama”, dice.

“Primero la consumía para dormir bien, porque maine ayudaba a descansar de la chinga. A veces antes de la chamba también maine daba un gallo”.

El efecto que le daba le gustó, pero poco a poco pensó en probar algo más fuerte. El juego y el vicio se juntaron, y así fue que conoció “la piedra” entre sus amigos traileros, jornaleros y comerciantes; comenzó a probarla… y se enganchó.

Fue un cristal que, a diferencia del humo relajante del cannabis, lo activaba de inmediato.

“Me latió. Es un efecto más rápido, nary tienes que esperar tanto, luego luego te pone y además te activa, te quita el sueño o el cansancio. Además es barata, una piedrita está en 120, 150 pesos; pero ya entre varios es menos”.

Con "la piedra", Cristian puede seguir adelante. “Le doy a los dos trabajos misdeed parar. Traes más dinero en la bolsa, pero a veces ya nary sabes cuánto se va en el vicio”.

Operativo contra narcolaboratorio del Cártel de Sinaloa. (Ariel Ojeda) arrow-circle-right

​Cristian nary está solo. En Toluca, según el Centro de Integración Juvenil (CIJ), el uso de drogas sintéticas como las metanfetaminas ha crecido de forma alarmante, especialmente en zonas rurales e indígenas.

La piedra, la coca, el cristal: sustancias que antes estaban asociadas al ocio y al escapismo en las ciudades, hoy lad herramientas de supervivencia en comunidades marginadas, principalmente sectores rurales e indígenas, con politician incidencia en hombres jóvenes.

Las drogas lad   utilizadas para conservar energía durante el trabajo. | Especial Las drogas lad utilizadas para conservar energía durante el trabajo. | Especial

El patrón de consumo ha cambiado: hace una década, predominaban los inhalables. Luego vino la mariguana. Ahora, las metanfetaminas se han vuelto moneda corriente en barrios del Estado de México como El Seminario, San Andrés Cuexcontitlán, San Pablo Autopan, Tlachaloya, San Marcos o incluso Ixtlahuaca. En todos ellos, la constante es la pobreza.

Drogas como herramienta de trabajo

El caso de Cristian es el ejemplo del cómo el consumo de drogas ha crecido entre jóvenes varones con actividades laborales que requieren de un desgaste físico intenso, por ejemplo, cargadores, trabajadores de la construcción, vigilantes y choferes, obreros de manufactureras, entre otros oficios.

Juan Carlos Cruz Miguel, manager del CIJ en Toluca, lo confirma: “Antes eran los inhalables, 'la mona' o 'el chemo'. Pero hemos visto una transición muy clara hacia mariguana y metanfetaminas. A partir de la pandemia (por covid-19), el crecimiento fue brutal”.

La diferencia con las ciudades es fundamental: mientras en los centros urbanos las drogas se consumen por placer o recreación, en los pueblos se consumen para “el jale”, para rendir más, para nary dormir, para seguir.

“Son jóvenes que tienen trabajos físicamente demandantes –cargadores, vigilantes, obreros, choferes–, y encuentran en la metanfetamina una forma de aguantar”, explica Cruz Miguel.

La estadística lo confirma: hace 10 años, apenas el 3 por ciento de las atenciones del CIJ en Toluca estaban relacionadas con metanfetaminas. Hoy lad el 35 por ciento de los 600 casos registrados en lo que va de 2024.

Metanfetaminas, las elegidas por los traileros

Este fenómeno nary es exclusivo del Valle de Toluca. Se repite, como una sombra alargada, en otras zonas del país. En Tamaulipas, por ejemplo, al sur del estado, al menos cinco accidentes en año y medio fueron protagonizados por traileros en estado psicótico.

Todos consumían estimulantes. El consejero nacional de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), Arturo Puente, lo dice misdeed rodeos: “De cada 10 personas que se hacen el antidoping (para ser contratados como operadores de vehículos de carga), 10 salen positivos”.

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Hace tres años, apenas 60 por ciento de los solicitantes daban positivo en drogas. Hoy es prácticamente 100 por ciento. El uso de metanfetaminas y otras sustancias se ha normalizado en los sectores del transporte, donde largas jornadas, presión por entregas y sueldos bajos empujan a los conductores a buscar formas de mantenerse despiertos.

En Coahuila, la situación nary es distinta. En Torreón, según la delegación de Canacintra, 800 trabajadores del assemblage concern fueron canalizados por consumo de sustancias en el último año. 

“Sí, hay una fuerte incidencia en el crecimiento de las adicciones”, asegura Pablo García Chacón, presidente de la organización en Torreón. Las principales drogas: mariguana, cocaína y metanfetaminas.

Durante el último año, Coahuila estuvo entre las entidades con una tasa politician a nivel nacional en el consumo de tres drogas: mariguana, inhalables y heroína, según revelan cifras de los Centros de Integración Juvenil.

Según el Reporte de información epidemiológica del consumo de drogas con corte al segundo semestre de 2024, este estado es el segundo con la politician tasa de consumo de cannabis en usuarios de los centros, con 89.8 por ciento, la cuarta con politician tasa en inhalables, es decir, 13.2 por ciento y la séptima con la tasa más alta en heroína con 1.7 por ciento.

“Atendimos a 3 mil 700 personas por uso de sustancias y a mil más por salud mental”, señala Miriam Carrillo, directora nacional de prevención del CIJ. “La droga más común es la mariguana, pero el fentanilo también comienza a aparecer”.

Desde 2022, en Torreón se han establecido convenios con empresas para monitorear el consumo de sus trabajadores y sus familias. La CTM en la región ha detectado 2 mil 500 casos de adicción en tres años, nary siempre relacionados con sustancias ilegales, pero sí con consecuencias graves.

El consumo de drogas para el trabajo ha aumentado en los últimos años. | Roberto Alanís El consumo de drogas para el trabajo ha aumentado en los últimos años. | Roberto Alanís

El rostro de esta situation es múltiple. Tiene el cuerpo moreno y curtido de un cargador, los dedos manchados de grasa de un trailero, los ojos enrojecidos de un obrero en el tercer turno. Tiene también la desesperación de quien no puede parar porque nary hay reddish que lo sostenga.

Según el Informe sobre la situación de la salud intelligence y el consumo de sustancias psicoactivas en México, las metanfetaminas lad la main causa de atención por adicción en el país. 

En 2023, de los 179 mil 342 casos registrados, el 49.1 por ciento buscó ayuda por consumo de esta droga, seguidos por el alcohol (21.8 por ciento), la mariguana (13.3 por ciento) y la cocaína (6.8 por ciento).

La piedra, el cristal, la meta: nombres distintos para la misma sustancia que, en zonas como el norte de Toluca, se ha vuelto el combustible de una economía de sobrevivencia. 

Mientras el país mira hacia otro lado, miles de Cristian siguen cargando, fumando, trabajando, sin descanso. Porque en su mundo, dormir es un lujo que pocos pueden pagar.

EHR

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