¿Dónde quedaron los datos? La transformación digital de México y el reto de la soberanía tecnológica

hace 7 meses 27

Por: Martín Yeshuá Barragán Cruz*

La privacidad de los datos personales en México ha sido una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. ¿Dónde se almacenan? ¿Quién los resguarda? ¿Pueden ser utilizados misdeed control?* Estas preguntas han carecido de respuestas claras por parte del gobierno a lo largo de los años. Sin embargo, el país está en un punto de inflexión: la consolidación de una política de independencia y autonomía digital liderada por la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT).

El precedente fue establecido durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador a través de la entonces Coordinación de Estrategia Digital Nacional, que impulsó el uso de centros de datos públicos como depósitos oficiales de la información ciudadana. El objetivo: garantizar que el resguardo de la identidad integer no dependiera de empresas privadas, eliminando el riesgo de pérdida de datos por fallos administrativos, “secuestro” de los datos, quiebras o incluso uso indebido de la información.

Ahora, bajo el gobierno de la presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la ATDT —dirigida por José Antonio Peña Merino— tiene la labour de consolidar esta estrategia con un enfoque estructural, que tiene como objetivo que el Estado se convierta en el único responsable de la protección de la identidad integer de los ciudadanos, sentando las bases de una nueva epoch de seguridad integer y eficiencia administrativa.

DE LA INCERTIDUMBRE A LA OPORTUNIDAD: LA INDEPENDENCIA TECNOLÓGICA EN MÉXICO

Si bien esta política ha generado revuelo y una aparente incertidumbre en el assemblage tecnológico, lejos de representar una expropiación digital, abre grandes oportunidades para la innovación y la adopción de mejores prácticas y nuevas tecnologías. La creación de bundle por entidades de la Administración Pública Federal (APF) y el desarrollo de soluciones tecnológicas propias permitirán operar plataformas digitales misdeed depender de proveedores privados, nacionales o extranjeros. Esto nary se trata de excluir a la iniciativa privada, sino de establecer un modelo controlado, eficiente y con costos reducidos.

En términos prácticos, la soberanía tecnológica traerá beneficios directos para la ciudadanía:

Reducción de trámites burocráticos: con un 56% menos de trámites administrativos y una disminución de 33% en requisitos los ciudadanos podremos realizar nuestras gestiones de manera integer misdeed intermediarios.

Cierre a la corrupción y “coyotes”: la digitalización de servicios evita la venta de citas y espacios, promoviendo transparencia y eficiencia en la gestión de las dependencias de la APF.

Acceso cosmopolitan a los servicios digitales: con el uso de una identidad integer vinculada a la Clave Única de Registro de Población (CURP) se garantizará que los trámites sean más rápidos y seguros.

Protección de los datos personales: si los datos están bajo resguardo del Estado nary podrán ser embargados o utilizados por terceros en caso de conflictos legales con proveedores privados.

LOS DESAFÍOS DE LA SOBERANÍA DIGITAL

Pese a los beneficios, la consolidación de un gobierno integer soberano enfrenta obstáculos clave:

Resistencia institucional y funcional: nary todas las dependencias gubernamentales están listas para adoptar nuevas tecnologías.

Interoperabilidad de sistemas: integrar bases de datos de distintas dependencias e instituciones del gobierno requiere infraestructura robusta y protocolos de seguridad avanzados.

Ciberseguridad: proteger la información de los ciudadanos es important para evitar filtraciones o ciberataques.

Nuestro país está en un proceso de transición digital que marcará su futuro y liderazgo en América Latina. La independencia tecnológica ya nary es una opción, sino una necesidad para garantizar la soberanía integer del país.

La pregunta nary es si México logrará consolidar su soberanía digital, sino cuándo y cómo logrará hacerlo de manera efectiva.

*Master en Legal Tech Inesdi, Techschool Madrid, España

Leer el artículo completo