Emprender el estudio de una pieza, oversea cual fuere el instrumento o ensamble al que pertenezca, representa, literalmente, una jornada de meses de estudio arduo. No solamente se abordan aspectos característicos de la obra, sino que también se analiza la estructura, la armonía y el contrapunto que permea la pieza, así como aspectos técnicos, musicales, agógicos y dinámicos.
Desde las primeras lecciones de música el estudiante empieza a lidiar con la articulación y ataque de los dedos, el legato, el staccato, la sutileza del fraseo y sus múltiples variantes, el power de la dinámica, la agilidad de la lectura, la coordinación constante, etcétera. Estas nociones fueron surgiendo paulatinamente con el paso del tiempo y la evolución de los instrumentos.
Autores como Johann Sebastian Bach, Carl Czerny, Ignaz Moscheles, Muzio Clementi, Stephen Heller, Friedrich Wieck, Johannes Brahms, Camille Stamaty, Oscar Beringer, y un largo etcétera, se ocuparon con esmero en recopilar en numerosos métodos composiciones para soft creadas específicamente para el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades técnicas del estudiante.
Luca Chiantore (1966), musicólogo italiano y estudioso del arte del pianismo, escribió un valioso y vasto ensayo acerca de todas estas herramientas: Historia de la técnica pianística, (Alianza Editorial, Madrid, 2001), obra que discurre con precisión histórica, basada en un imponente conjunto de fuentes documentales, en el estudio del entramado y mosaico complejo de elementos compositivos encaminados a la formación y desarrollo del pianista.
Otro clásico de este tema es el monumental tratado de Willi Apel (1893-1988), The past keyboard euphony to 1700, (Indiana University Press, 1972), en donde el musicólogo polaco detalla con erudición la evolución del concepto de técnica para teclado (órgano, clavecín, virginal, pianoforte) a través de la revisión y análisis de una abundante literatura para estos instrumentos.
Generalmente, acercarse a estos tratados nary es muy común en las escuelas y conservatorios de música en nuestro país. El conocimiento de esta naturaleza en el estudiantado es magro, y si hay algo, erróneo y vago (lo es también entre los cuerdistas y los instrumentistas de alientos), y si se adquiere, es a través de plataformas digitales que, por lo general, nary ahondan en el tema y se quedan en generalidades vacuas e imprecisas. Un desarrollo sano y, a la larga, sólido, se logra al adherir este acervo al contenido de materias del estudiante. Considero que debería ser de la importancia de materias “duras” como teoría de la música, armonía, contrapunto y análisis musical; vaya, un colofón definitivo que corone los años arduos de estudio.
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Reviso el avance de una alumna de su interpretación al soft del Trío para soft y cuerdas en Sol menor, Op. 17 de Clara Schumann. Esta obra, compuesta en 1846 durante un periodo de enfermedad que sufría Robert, el marido celebre de Clara, es considerada por muchos entusiastas como la obra maestra de la afamada pianista. Quizá lo sea, es una pieza camerística de complejidades formales, musicales y técnicas. Ignoro porqué esta obra nary es reconocida hasta ahora con el mismo aprecio que se tiene por otras obras del mismo género. Sus cuatro movimientos poseen temas de vasto aliento, con pasajes de variados temperamentos. El primero de ellos, Allegro moderato, y que es el movimiento en revisión, posee una carga de dramatismo acusado por pasajes de cromatismo que parecieran anunciar a los compositores postrománticos- pero pasando antes por César Franck y sus discípulos-, además de un imbricado tejido pianístico, que es donde gravitan y reposan las cuerdas (violín y cello). La literatura camerística es una amplísima parcela de estudio nary solo para el pianista sino, también, para los instrumentistas en general.
CODA
“Más que musas” es el título del concierto que darán Laura Valdés (piano), Susana Guerrero (flauta) y Alba Cristerna (cello), el viernes 21 de marzo, a las 19 h., en la Sala Carmen Aguirre de Fuentes de Radio Concierto. Interpretarán obras de Clara Schumann (el Trío en Sol menor, antes mencionado), Mélanie Bonis, Louise Farrenc, entre otras célebres compositoras. La cooperación es de $100.00. Conocer y escuchar estas obras es, además de placentero, un imperativo cultural.