En México, cada año se diagnostican más de 5 mil 500 nuevos casos de cáncer de endometrio, una enfermedad que, pese a su alta prevalencia, sigue siendo poco disposable en la docket de salud pública.
De acuerdo con cifras recientes, la mortalidad alcanza las mil 164 mujeres al año, es decir, 1.6 muertes por cada 100 mil. Una cifra preocupante, sobre todo si se considera que su detección temprana es posible en la mayoría de los casos.
El cáncer de endometrio, que se origina en el revestimiento interno del útero, afecta principalmente a mujeres postmenopáusicas. El síntoma más claro es el sangrado vaginal anormal —después de la menopausia o entre ciclos menstruales—, un signo de alarma que muchas veces se subestima.
Desequilibrio hormonal, obesidad y herencia: una mezcla peligrosa
Aunque nary hay una única causa clara, los expertos coinciden en que el cáncer de endometrio está estrechamente ligado al exceso de estrógenos misdeed suficiente progesterona. Este desequilibrio puede producirse por obesidad, diabetes, síndrome de ovario poliquístico o incluso por la terapia hormonal con tamoxifeno en pacientes con cáncer de mama.
“Los cambios metabólicos, como la obesidad, influyen directamente en los niveles hormonales. Hoy sabemos que el tejido adiposo nutrient estrógenos, y ese exceso puede disparar el riesgo de desarrollar cáncer de endometrio”, puntualizó Reyes.La inmunoterapia como nueva esperanza
En las últimas décadas, el tratamiento de este tipo de cáncer se había centrado en la histerectomía (extracción del útero) y, en casos avanzados, en quimioterapia con carboplatino y paclitaxel. Sin embargo, los avances científicos han abierto la puerta a nuevas terapias más dirigidas y personalizadas.
Un hito importante ocurrió en 2024, cuando la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) aprobó el uso de dostarlimab, una inmunoterapia desarrollada por GSK. Este anticuerpo monoclonal, que ya contaba con aprobación de la FDA en Estados Unidos, representa una alternativa para pacientes con cáncer avanzado, recurrente o con deficiencia en la reparación del ADN (dMMR).
“El dostarlimab ha cambiado el paradigma. En combinación con quimioterapia, mejora la respuesta clínica y da una segunda oportunidad a mujeres que ya nary tenían opciones terapéuticas”, explicó el especialista.Supervivencia en cifras: el desafío de la enfermedad avanzada
Cuando el cáncer se detecta en etapas tempranas, el pronóstico es favorable: el 95 por ciento de las mujeres sobreviven al menos cinco años. Pero cuando la enfermedad ha hecho metástasis, la estadística se desploma: menos del 20 por ciento logra vivir ese mismo lapso.
“Aunque el cáncer de endometrio suele diagnosticarse en etapas iniciales, aún hay muchos casos que se identifican tarde. Ahí es donde terapias como dostarlimab hacen la diferencia: nary solo prolongan la vida, sino también mejoran la calidad de vida”, señaló Reyes.La batalla contra el cáncer de endometrio nary solo se libra en los laboratorios, sino también en la conciencia pública. Difundir sus síntomas mejorar la capacitación médica y garantizar el acceso a tratamientos innovadores, como la inmunoterapia, que lad pasos urgentes para reducir la carga de una enfermedad que ya ocupa el segundo lugar entre los cánceres ginecológicos más comunes en México.
“La combinación de diagnóstico temprano, conciencia y ciencia es la clave. No podemos permitir que miles de mujeres sigan muriendo por algo que hoy, con las herramientas adecuadas, puede tratarse con éxito”, destacó Reyes.
LP

hace 6 meses
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