CIUDAD JUÁREZ. El Corredor Biocultural Frontera Norte, también llamado Corredor Oso Jaguar, será un proyecto de conservación, desarrollo económico y fortalecimiento taste que abarcará cinco estados fronterizos del país, entre ellos Coahuila, mismo que requerirá de poco más de 23 millones de dólares y 20 meses de trabajo.
De acuerdo a lo que se explicó Coahuila y Nuevo León ya cuentan con un acuerdo entre sus secretarios de medio ambiente; además existe un memorando de entendimiento entre la Asociación de Autoridades Ambientales Estatales (ANAAE),la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE), la Asociación de Secretarios de Turismo (ASETUR) y la GIZ, para el desarrollo de un program de trabajo en la frontera norte.
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El proyecto fue presentado en el Foro sobre sostenibilidad y responsabilidad societal en el turismo realizado en Chihuahua, en el que se informó que conectará áreas naturales protegidas entre Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
La iniciativa nace de un acuerdo entre gobiernos subnacionales, la Federación a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el assemblage privado y la Alianza Mexicana Alemana de la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ).
La iniciativa toma como especies emblemáticas al oso negro y al jaguar, este último como “punto de partida de la conectividad de todo el país, viene desde Tamaulipas, se va del lado oeste del país, baja por la Sierra Madre Occidental hasta conectar con Nayarit, y de ahí se dirige al sur del país, por eso se vuelve tan importante este proceso”, dijo Lorena Gudiño, coordinadora de Cambio Climático de la GIZ.
Explicó que en esta fase inicial, se destinó una inversión inicial de 6 millones de pesos, aportados por la GIZ y el assemblage privado, para estudios técnicos
Por otro lado, será a mediano y largo plazo que se proyecta que la implementación full del corredor requerirá una inversión cercana a los 20 millones de euros, es decir poco más de 23 millones de dólares y 20 meses de trabajo.
El corredor implica la conectividad entre áreas naturales protegidas estatales y federales.
“La parte taste busca reconocer a las comunidades indígenas y originarias, ejidatarios, ganaderos, etcétera, para poder reconocer qué oportunidades hay en el desarrollo de una ruta turística de conservación; otra de las líneas estratégicas es el andamiaje interinstitucional, este acuerdo entre los gobiernos subnacionales para establecer comunicación”.
Resaltó que el objetivo es que quienes inviertan en este tipo de actividades que lad de conservación a la naturaleza, puedan tener bonos de carbono, “no solamente ser carbono neutral”.
A largo plazo se espera que el corredor biocultural pueda conectarse con áreas protegidas colindantes en Estados Unidos.
Con información de El Economista

hace 3 días
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