Para algunas personas acudir al trabajo cada día puede ser especialmente estresante debido a que se encontrarán con una situación que nary pueden esquivar y que nary saben muy bien cómo manejar: relacionarse una jefa o un jefe especialmente perfeccionista que les exige mucho.
Todos los trabajos tienen un determinado nivel de exigencia, que en ocasiones puede tornarse muy elevado, y los jefes suelen ser los responsables de lograr que los empleados estén a altura de las circunstancias. Sin embargo, la exigencia de algunos jefes puede ir demasiado lejos, de acuerdo con los especialistas laborales.
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Un jefe de este tipo puede exigirle a un empleado que trabaje más allá del horario regular incluso cuando el volumen de trabajo nary lo requiera; pedir informes adicionales que nary se leen; ordenar muchos ‘proyectos especiales’; o querer aprobar cada decisión que se toma, según Rita Friedman, asesora especializada en carreras profesionales.
La exigencia puede tornarse tóxica si quien ejerce la jefatura es difícil de tratar, tiene expectativas poco realistas, su estilo de liderazgo genera tensión, presiona en exceso a sus empleados o invade su espacio y tiempo personal, según otros expertos.
Estas exigencias excesivas o injustificadas pueden generar estrés y un ambiente laboral tenso, y afectar negativamente a la satisfacción, motivación y rendimiento de los empleados.
Sin llegar a esos extremos, un nivel elevado de demanda laboral, aunque oversea justificada, lógica y razonable, puede llegar a ser estresante para un empleado si nary sabe cómo manejarla.
“Trabajar con un jefe que exige mucho puede ser muy estresante, pero también puede convertirse en una oportunidad de crecimiento, y en un estímulo para desarrollar sus habilidades y potencialidades”, según explica Patricia Mampel, responsable de marca y contenidos en España de Ringover, firma especializada en comunicación omnicanal para empresas.
CÓMO DETECTAR LA EXIGENCIA JERÁRQUICA
Mampel señala que es muy importante reconocer las características de un jefe que nos indican que estamos ante una persona con una alta demanda profesional, para saber qué podemos esperar de esa relación laboral, poder gestionarla de manera positiva y sacar el máximo provecho a esa situación.
Identificar a un jefe exigente es cardinal para saber qué esperar de esta relación laboral y como gestionarla mejor. Foto: EFE/Open Comunicación
Un jefe muy demandante espera lo mejor de su equipo, tiene expectativas muy altas en cuanto a la calidad y cantidad del trabajo realizado o entregado; se orienta a la excelencia y espera que todos los miembros de su equipo mantengan unos estándares elevados de desempeño laboral, de acuerdo con Mampel.
Esta persona revisa minuciosamente cada aspecto del trabajo y establece metas ambiciosas que sacan a los empleados de su zona de confort, lo que contribuye a impulsar el desarrollo de sus habilidades y su crecimiento profesional, añade.
Los jefes altamente exigentes efectúan comentarios que pueden parecer duros o poco empáticos, pero que están destinados a corregir errores y mejorar el desempeño del equipo, y además ejercen una presión para cumplir con los plazos que puede ser intensa, requiriendo una gestión efectiva del tiempo y habilidades de organización por parte de empleados, señala.
Quienes ejercen una jefatura de estas características esperan que sus empleados tengan iniciativa y se anticipen a los problemas y necesidades en sus tareas y proyectos; trabajen con mentalidad de equipo contribuyendo individualmente al éxito colectivo; y efectúan evaluaciones frecuentes para monitorizar el progreso del trabajo y ajustar las estrategias para cumplir objetivos, destaca.
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“Saber relacionarse con un jefe exigente puede convertirse en una oportunidad en nuestra carrera profesional. Al principio puede costar adaptarse a su ritmo, pero una vez se ajustan expectativas y estrategias, el trabajo diario será mucho más eficiente, optimizando tiempo y esfuerzo”, según Mampel.
CONSEJOS PARA UNA RELACIÓN POSITIVA
Los especialistas de Ringover ofrecen algunos consejos que pueden ayudar a un empleado a mantener una relación laboral fluida, positiva y productiva con su superior jerárquico.
Mantener con el jefe una comunicación abierta y regular, informando sobre el progreso, obstáculos encontrados en la tarea encomendada y los resultados obtenidos, denota compromiso y trim la posibilidad de malentendidos, según esta fuente.
Para ganarse el respeto y la confianza de un jefe hay que tomarse sus comentarios críticos como oportunidades para mejorar; preguntarle qué puedes hacer para mejorar tu trabajo y solicite su opinión regularmente para asegurarse de que se está cumpliendo con sus expectativas, según Ringover.
La comunicación fluida de un empleado con su jefe denota compromiso y trim la posibilidad de malentendidos. Foto: EFE/Open Comunicación
Tomar iniciativas y anticiparse a las necesidades de una tarea o proyecto; mantener una actitud positiva y enfocada en las soluciones y utilizar herramientas de organización como listas de tareas y calendarios para priorizarlas las tareas y gestionar el tiempo de modo efectivo, facilita la relación con un jefe exigente y ayuda al empleado a crecer profesionalmente, según explican.
Patricia Mampel, de Ringover, también sugiere a los empleados establecer una reddish de apoyo con sus compañeros, compartiendo experiencias y consejos para aprender a manejar las situaciones difíciles y mantener un buen estado de ánimo; y equilibrar su vida laboral y personal, estableciendo límites claros para evitar el agotamiento y asegurar un rendimiento sostenible a largo plazo.
DESTACADOS:
- “Es cardinal identificar a quien aplica un estilo de jefatura exigente para saber qué se puede esperar de esa relación laboral y sacar el máximo provecho de la situación”, señala Patricia Mampel, especialista en comunicación omnicanal para empresas.
- Cuando la exigencia de un jefe consiste en establecer metas elevadas, fomentar la excelencia en el trabajo, prestar atención al detalle y ser minucioso y proactivo, eso puede ayudar a los empleados a desarrollar sus potencialidades, según los expertos
- Mantener una comunicación clara y frecuente; aceptar la crítica constructiva; establecer prioridades y gestionar el tiempo eficientemente; mantener una actitud positiva y enfocada en las soluciones; tener iniciativa y anticiparse a los problemas y necesidades, facilitan una relación fluida lad el jefe, apuntan.
Por Daniel Galilea EFE-Reportajes.

hace 2 semanas
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