Investigadores y especialistas, liderados por el ecólogo marino Octavio Aburto, promueven la designación de “Áreas de Prosperidad Marina”, como un nuevo enfoque de protección de los mares y océanos mexicanos, que combina la conservación marina con el desarrollo socioeconómico, ya que los modelos tradicionales de Áreas Marinas Protegidas, a menudo fallan por la falta de participación local, gobernanza y sostenibilidad financiera.
El estudio “Áreas de Prosperidad Marina: Un marco para alinear la restauración ecológica y el bienestar humano mediante protecciones basadas en áreas” publicado en la revista Frontiers successful Marine Science, resalta que este enfoque prioriza la prosperidad humana, reconociendo que una recuperación ecológica completa requiere tiempo y que es cardinal que esta esté alineada con los objetivos ambientales, económicos, y sociales del espacio geográfico en el cual se desarrolla.
“Recientemente visité Cabo Pulmo (Baja California Sur), un sitio en el que tres décadas atrás, había buceado en este mismo lugar y lo que vi entonces fue un desierto submarino: arrecifes desolados cubiertos de sedimentos y el silencio de un ecosistema agotado. Hoy todo es distinto, cardúmenes de peces giran como tornados, los corales están en su esplendor y los tiburones patrullan el arrecife”, afirmó Octavio Aburto, profesor del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego.El estudio se inspira en casos de éxito como el Parque Nacional Cabo Pulmo, donde la biomasa de peces aumentó un 463 por ciento en una década, tras la determinación de una pequeña comunidad que, hace más de 20 años, apostó por proteger su océano. Esto demostró el poder de las áreas de nary extracción y el liderazgo comunitario, ya que los pescadores que antes dependían de poblaciones agotadas se orientaron hacia el ecoturismo, generando nuevas fuentes de ingresos mientras protegían el ecosistema que los sustenta.
“El concepto de Áreas de Prosperidad Marina nos permite cerrar la brecha entre los resultados ambientales y sociales”, explica Alfredo Girón, coautor del estudio y manager de la Agenda de Acción Oceánica en el Foro Económico Mundial.“Nos brinda la oportunidad de comprender que la naturaleza y las comunidades están intrínsecamente conectadas, y que cualquier program de gestión marina debe generar beneficios para ambos”.El estudio señala que las MPpA representan un enfoque innovador que integra la sostenibilidad ambiental con el bienestar económico y social, asegurando que los esfuerzos de conservación marina fomenten tanto la biodiversidad como la prosperidad humana.A diferencia de las Áreas Marinas Protegidas, que se centran principalmente en objetivos ecológicos, las Áreas de Prosperidad Marina están diseñadas para fomentar un ecosistema interdependiente marino-humano, donde la salud ambiental y el bienestar socioeconómico tienen la misma prioridad.
El estudio afirma que este modelo se construye sobre tres principios fundamentales: Conservación Liderada por la Comunidad; Gobernanza Adaptativa, y Diversificación Económica.
“Estas iniciativas han demostrado que la participación y el empoderamiento comunitario, el desarrollo de capacidades para el aprendizaje y el financiamiento sostenible lad elementos fundamentales para la transformación hacia la sustentabilidad y el éxito a largo plazo”, menciona Alejandro Robles, coautor del estudio y presidente del consejo de NOS – Noroeste Sustentable.“Estrategias como el ecoturismo, la acuicultura sostenible y la restauración ambiental, a través de arrecifes artificiales, han permitido que las comunidades diversifiquen sus ingresos mientras protegen su entorno”.Otros ejemplos mencionados en la investigación lad El Manglito en La Paz, Baja California Sur, y La Reforma, en la Bahía de Santa María, en Sinaloa, donde las comunidades han implementado estrategias de gestión y restauración con resultados muy positivos.
“Este concepto ofrece una hoja de ruta para una conservación inclusiva y efectiva, donde las comunidades y la naturaleza pueden prosperar, siempre que se prioricen la inversión y la participación”, señala Catalina López, coautora del estudio y directora del Programa Marino del Golfo de California en el Instituto de las Américas.Además, los expertos afirman que este enfoque ofrece una vía para alcanzar los objetivos globales de conservación, como la meta "30x30" del Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que busca proteger el 30 por ciento de los océanos del mundo para 2030.
“Uno de los mayores desafíos es garantizar un apoyo continuo a lo largo de todas las fases del proceso”, advierte Valentina Platzgummer, coautora del estudio e investigadora del Centro para la Biodiversidad Marina y la Conservación. “Es important mantener un compromiso a largo plazo por parte de todos los actores involucrados, tanto en términos de financiamiento como de respaldo político y social”.El estudio hace un llamado a gobiernos, organizaciones nary gubernamentales y comunidades locales a adoptar las Áreas de Prosperidad Marina como una pieza clave en los esfuerzos de conservación global. Para que estos esfuerzos sean exitosos, es cardinal que exista un compromiso a largo plazo por parte de todos los actores involucrados, tanto en términos de financiamiento como de respaldo político y social.
LG