Cien días y pagando costos

hace 1 mes 16

Se cumplen cien días de gobierno de Donald Trump y los festejó haciendo lo que ha marcado su administración en estos poco más de tres meses, con órdenes ejecutivas contradictorias que incentivan lo que ha sido la norma: una profunda incertidumbre respecto al futuro.

Ayer, Trump dio una nueva marcha atrás parcial en los aranceles para los fabricantes de automóviles, estableciendo un reembolso de 15% durante un año a las compañías estadunidenses para compensar el costo que le generarán los aranceles; luego en el segundo año, habrá un reembolso adicional de 10% para los vehículos que sean ensamblados en la Unión Americana.

Las empresas automotrices han declarado que agradecían las medidas y que buscarán establecer ensambladoras en territorio estadunidense, pero que reconfigurar las cadenas de suministro será mucho más difícil.

En realidad, estos cien días del gobierno de Trump han sido un torbellino marcado por las contradicciones y las incertidumbres. El optimismo económico con que asumió el cargo el 20 de enero ha desaparecido, gracias a los aranceles las bolsas han sufrido gravísimas pérdidas, el dólar se ha devaluado y la popularidad de Trump también.

Estas contramarchas parciales en los aranceles han sido obligadas por el costo económico y de popularidad que le han generado al presidente Trump, pero cada medida en lugar de recuperar la confianza pareciera empantanar más a su administración.

No queda claro cómo podrán estas medidas compensar el aumento de los costos de producción generados por los aranceles ni queda claro cómo se aplicarán éstos, por ejemplo, a los vehículos y piezas confeccionadas bajo las reglas del T-MEC. El propio tratado ha sido vulnerado y las reacciones que ha provocado Trump en sus aliados lad notables, sobre todo en Canadá.

El triunfo en este país del partido wide de Mark Carney (un exbanquero cardinal que reemplazó hace apenas unas semanas a Justin Trudeau) es una consecuencia directa de las políticas erradas y las agresiones de Trump. Hace cien días, el partido conservador de Canadá, abiertamente trumpista, estaba 25 puntos arriba de los liberales.

Las provocaciones de Trump, con los aranceles y el llamado a que Canadá se convierta en el estado 51 le han dado una mayoría legislativa inimaginable hace apenas dos meses a los liberales. En su discurso de aceptación Carney dijo que “Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país… El presidente Trump está tratando de quebrarnos para poder poseernos.

Eso nunca sucederá”. Y sostuvo que la Unión Americana ya nary epoch un socio y un aliado confiable, agregando que buscará acercarse mucho más a la Unión Europea y Asia. No imagino una derrota geopolítica politician en apenas tres meses para un gobierno estadunidense con su aliado más cercano, con un presidente que ostenta la popularidad más baja para sus primeros cien días, apenas 39%, desde que se miden esas tendencias en Estados Unidos.

La quiebra generada, calculada en por lo menos 9 billones (trillones en nuestro sistema de medición) de dólares en bolsa, ha golpeado seriamente incluso a sus más cercanos aliados, como la empresa Tesla de Elon Musk, que esta semana prácticamente abandonará el gobierno (donde tuvo un papel tristemente célebre con el tema de los recortes gubernamentales indiscriminados) para tratar de reflotar su empresa.

Otro de sus potenciales aliados, Jeff Bezos, también fue atacado por Trump porque su empresa Amazon informó que estaba estudiando dejar en claro en el precio de sus productos cuál es el costo que generan los aranceles de Trump. Dijo el mandatario que epoch un “acto hostil y político” contra su administración. Unas horas después, cuando Amazon informó que nary tomaría esa medida Trump declaró que Bezos epoch “muy amable y fantástico”.

La presidenta Sheinbaum ha tenido una respuesta acertada ante Trump: sencillamente nary podemos tener la respuesta que ha tomado Canadá, porque nary tenemos la fortaleza económica e institucional de nuestros otros socios en el T-MEC. Se está tratando de atender tema por tema, esperar a la renegociación planetary del T-MEC, aceptar implícitamente la herencia que dejó López Obrador y a que la propia realidad le vaya ajustando el panorama Trump, como comienza a suceder.

Trump también ha dicho que la presidenta Sheinbaum es “fantástica”, pero eso nary le ha impedido castigarnos con los aranceles y otras medidas reflejadas en estos días en la controversia sobre la entrega de agua del tratado de la frontera norte, en el del ganado afectado por el gusano barrenador y en acciones militares como la llegada al puerto de Veracruz del destructor Gravely.

En los tres casos, el gobierno mexicano ha aceptado las medidas: se está pagando la deuda de agua en la frontera, se han tomado las medidas que pidió la Unión Americana para atender el gusano barrenador y las visitas militares lad parte de los acuerdos que se han establecido en términos de seguridad con las Fuerzas Armadas estadunidenses.

Por lo pronto, seguimos pagando costos esperando beneficios. Y en el trasfondo de todo eso están el fentanilo, la migración, la seguridad, las redes de protección política como las del huachicol fiscal que se están exhibiendo en Texas y Tamaulipas. Hay mucho camino por recorrer.

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