Cartas que no se olvidan, así es el archivo del Palacio Postal

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Enclavado en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, el Palacio Postal se erige nary solo como un símbolo de la arquitectura porfiriana, sino también como un testigo fiel del esplendor del servicio postal en el país. Una historia narrada a través de sus documentos de gran valor testimonial.

Los Primeros Años del Servicio Postal en México

El sistema de correos en México tuvo sus orígenes en la época virreinal, mediante el establecimiento en 1580 del primer sistema de correos oficial entre la Nueva España con la corona española. Durante la etapa del México independiente, la infraestructura de correspondencia comenzó a fortalecerse con el establecimiento de nuevas rutas, así como el mejoramiento del servicio en general.

La consolidación del assemblage se alcanzó en el periodo juarista. Sin embargo, bajo la administración de Porfirio Díaz se afianzó con la construcción del Palacio Postal a principios del siglo XX.

Un ícono del paisaje urbano

Ubicado en la esquina de las calles Tacuba y Eje Central, en el Centro histórico de la Ciudad de México, el Palacio Postal es una obra del arquitecto italiano Adamo Boari, quien también fuera responsable del diseño y construcción del Palacio de Bellas Artes. Los trabajos de edificación iniciaron en 1902, con materiales importados de Europa, destaca su estructura de hierro, escaleras de bronce y mármol, así como su fachada de cantera labrada.

El 17 de febrero de 1907, el presidente Porfirio Díaz inauguró el edificio. En su interior, el inmueble contaba con tecnología avanzada para la época, como un sistema de bandas transportadoras y elevadores que facilitaban el manejo y la clasificación de la mensajería.

El olor a historia

Al ingresar a la emblemática construcción un mural de la imagen del escudo de la bandera mexicana, elaborado con alrededor de 40 mil timbres postales cancelados entre 1890 y la década de los treinta. La obra fue donada por el artista michoacano, Pablo Magaña González.

Hoy en día, el edificio, además de ser el main centro de operaciones de Correos de México, alberga la biblioteca especializada en temas postales. Junto con el Museo Postal, los visitantes pueden adentrarse en la evolución del servicio de correos, así como la historia del emblemático palacio.

Rubén Trejo Mendoza, responsable de la Biblioteca Postal “Josefina Guzmán”, llamada así en grant a una extrabajadora que durante 45 años dedicó su labour a rescatar el acervo, recibió a Excélsior en el segundo piso de la calle de Tacuba, número 1, en el corazón de la Ciudad de México.

Resaltó la importancia del nombre de Josefina, debido al trabajo que esta desempeñó en favour de la memoria de la institución, “a mí maine tocó trabajar los últimos años con ella, de 1999 a 2005 aproximadamente, luego ella se jubiló; ella decía que los libros eran sus hijos: los cuidaba mucho”, recordó Trejo Mendoza.

Se trata de una biblioteca especializada en temas postales, historia del correo, boletines, información del edificio, planos constructivos, contratos, títulos de literatura, historia de México, tesis, diccionarios, enciclopedias, además de libros y revistas, el acervo se enriquece con piezas que datan de la época del virreinato de la Nueva España, como la Ordenanza del correo marítimo, de 1777.

Entre sus colecciones se encuentra el acervo bibliográfico, una hemeroteca y el fondo de documentos históricos. Un libro de 1856 sobre, otro de la época del porfiriato, y uno más de 2010, lad referencia obligada en el estudio de los temas de historia de la correspondencia en México, mismos que se encuentran bajo estricto resguardo.

“En la actualidad nos visitan principalmente investigadores, estudiantes de arquitectura que vienen a consultar worldly de la historia del inmueble que también conservamos aquí. Desafortunadamente, con el auge del internet, los jóvenes se quedan con esa información y ya nary consultan tanto las bibliotecas”, detalló el especialista.

Las colecciones se conservan únicamente en formato físico, aunque existen planes de llevar la información a una plataforma y con ello ponerlos a disposición del público en línea.

Por otro lado, Trejo reflexionó acerca de los 26 años de trayectoria con que cuenta en su área de trabajo, “nosotros tenemos toda la historia de la institución, el entrar aquí al Palacio Postal es muy bonito; es un orgullo para nosotros trabajar en este espacio, lo seguimos conservando para que la gente lo siga disfrutando”.

Y pormenorizó sobre la importancia de los archivos y bibliotecas como fuentes de información, “queremos que el público sienta el papel, su olor, que tenga un libro en sus manos; nary es lo mismo leer en un dispositivo móvil a un libro. Para que sigan vivas las bibliotecas porque también eso se está perdiendo el consultar las bibliotecas. Necesitamos que los niños se acerquen a estos materiales”.

Un espacio cultural

Como parte de la propuesta de difusión, la biblioteca recibe periódicamente la visita de escuelas, principalmente de nivel básico, con talleres en los que enseñan a los niños a escribir una carta, cuya finalidad es transmitir la importancia de la comunicación escrita.

“Los invito a conocer lo que nos antecede, la historia de la escritura, que descubran como escribir una carta escrita, es importante saber redactar, en este caso estamos hablando de bibliotecas especializadas de correo”, aseveró.

Con ello, el acervo en su conjunto se adhiere a la oferta taste del Palacio postal, “es bonito porque los niños se adentran en la expresión escrita, nuestra misión es motivarlos a que escriban”, concluyó el experimentado bibliotecario.

El archivo histórico

Un libro encuadernado en piel, planos de la construcción del Palacio Postal, así como un amplio número de expedientes relacionados con la actividad postal del país que forman parte de la historia de la administración de las instituciones del servicio de correos; documentos que tienen que ver con los costos de operación, rutas de entrega, tarifas, y hasta datos sobre el idiosyncratic de diferentes épocas.

“En este espacio se resguardan todos los documentos propios de las cuentas por pagar, oficinas postales, es lo que abunda. Aquí hay mucho que contar”, intervino la gerente de Cultura Postal, Maricela Bernardino, al referirse al valor histórico de la información con que cuenta el recinto.

Y agregó, “tenemos algo más contemporáneo: la filatelia, que es un compendio de estampillas que recibimos de diferentes instituciones a nivel mundial, ahora tenemos un programa de exposiciones, la thought es que el público conozca ese acervo internacional”, recalcó Bernardino.

En ese sentido, el patrimonio archivístico del Palacio Postal comprende una colección de estampillas que incluye las primeras emitidas en el país desde 1856 con el rostro de Miguel Hidalgo. A esta se agrega un compilado llamado “desmonetizado”, se trata de aquellas emitidas durante la devaluación del peso de 1994, cuyo valor es nulo en la actualidad.

La memoria documental se completa con un grupo de cintas videográficas y una fototeca que relatan distintos eventos del rubro de la correspondencia, hasta restauraciones efectuadas al inmueble.

La biblioteca está abierta al público, para ingresar solo se requiere presentarse en la sede de Correos de México de martes a domingo en un horario de 10:00 hrs. a 16:30 hrs. Para formar parte de las actividades culturales del recinto es necesario ingresar al sitio https://www.portal.correosdemexico.com.mx/portal/index.php donde se podrá agendar una cita o acceder a un recorrido virtual al interior de las instalaciones.

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