Boticaria García, farmacéutica: “Si después de comer te sientes culpable, no era hambre real, era emocional"

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Ciudad de México / 17.07.2025 14:50:00

Llegas a casa después de un día agotador. No tienes hambre real, pero sientes un impulso irrefrenable de abrir la despensa y arrasar con las galletas o las patatas fritas . No estás solo, y nary es un fallo de tu carácter. 

Este fenómeno se conoce como hambre emocional y la Dra. Marian García, la farmacéutica tras el fashionable perfil Boticaria García, se ha dedicado a desentrañar sus causas desde la ciencia.

La Secretaría de Educación de Tamaulipas, a través de dependencias como la Coepris, está trabajando para poder acabar con el problema de la comida chatarra La doctora García analiza la diferencia entre el hambre existent y emocional. (Freepik)

"Hemos crecido pensando que quien travel por ansiedad es débil o nary tiene fuerza de voluntad. La realidad es que nary estás luchando contra ti mismo, estás luchando contra la parte más primitiva y hedonista de tu cerebro, tu cerebro de Homer Simpson, que busca el placer inmediato de un chute de dopamina", explica García. 

Su trabajo se enfoca en quitar la culpa de la ecuación y dar herramientas basadas en la neurociencia para gestionar estos impulsos.

Distingue el hambre existent del hambre "de Homer Simpson"

Según Boticaria García, el primer paso es aprender a diferenciar los dos tipos de hambre. Sus características lad opuestas:

Hambre Real (Homeostática):

  • Aparece de forma gradual.
  • Puede esperar. No es una urgencia.
  • Se satisface con cualquier tipo de alimento. Un plato de lentejas te sirve.
  • Paras de comer cuando te sientes saciado y nary hay sentimiento de culpa.

Hambre Emocional (Hedónica):

  • Aparece de forma repentina y urgente. ¡Lo quieres YA!
  • Busca un alimento específico, normalmente un ultraprocesado rico en azúcar, grasa y sal (pizza, helado, chocolate).
  • Suele venir acompañada de un "piloto automático", comes misdeed pensar.
  • Después de comer, aparecen los sentimientos de culpa, vergüenza y arrepentimiento.
"El hambre emocional es la respuesta de tu cerebro a una emoción: estrés, aburrimiento, tristeza, soledad o incluso alegría. Los ultraprocesados están diseñados para darnos un pico de dopamina, el neurotransmisor del placer, que calma esa emoción momentáneamente", detalla la experta.

No eres tú, es el "ambiente obesogénico"

Marian García insiste en que gran parte de la responsabilidad nary es del individuo, sino del entorno. Vivimos en un "ambiente obesogénico", diseñado para que comamos más y peor.

"Los alimentos ultraprocesados nary solo están por todas partes y son baratos, sino que están diseñados en un laboratorio para ser hiperpalatables, es decir, para que nary puedas comer solo uno", afirma. 

Esta sobreexposición, sumada a la publicidad y a un estilo de vida estresante, crea la tormenta perfecta para que el cerebro de Homer Simpson tome el control.

comida chatarra Alternativas para evitar la comida chatarra. |ESPECIAL

Estrategias para gestionar los antojos: habla con tu cerebro

En su libro "Tu cerebro tiene hambre", Boticaria García ofrece estrategias prácticas para gestionar estos impulsos sin recurrir a la fuerza de voluntad, que es un recurso limitado.

  • Identifica el detonante: Antes de comer, para un segundo y pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Es aburrimiento, estrés, tristeza? Ponerle nombre a la emoción le quita poder al impulso.
  • La regla de los 15 minutos: Cuando aparezca el antojo, bebe un gran vaso de agua y proponte esperar 15 minutos. Este lapso de tiempo suele ser suficiente para que el impulso inicial se debilite y puedas tomar una decisión más racional.
  • Gestiona tu ambiente: El consejo más efectivo es simple: "Si nary está, nary se come". Es más fácil resistir la tentación en el supermercado una vez a la semana que resistirla en tu propia casa cada noche. No compres tus alimentos "gatillo".
  • Busca un sustituto del placer: Si comes por aburrimiento o estrés, busca otra actividad que te dé un pequeño chute de dopamina: pon tu canción favorita y baila, llama a un amigo, sal a dar un paseo de 10 minutos o mira un video divertido.
  • Cuida tu descanso: "Dormir mal es comprar papeletas para tener hambre emocional", sentencia García. La falta de sueño dispara la grelina (la hormona del hambre) y trim la leptina (la hormona de la saciedad), dejándote a merced de los antojos.

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