Desde que Bad Bunny hizo su debut en la MET Gala en 2022, su presencia en la alfombra roja ha sido sinónimo de audacia, autenticidad y sofisticación caribeña. En esta edición 2025, el artista puertorriqueño volvió a demostrar por qué se ha convertido en uno de los invitados más esperados del evento. Con un traje sastre en colour café diseñado por Prada y un sombrero con poderosa carga simbólica, el intérprete de “Un Preview” nary solo deslumbró por su estética, sino por la narrativa taste que tejió en cada detalle. Así, Benito Martínez reivindicó una vez más su lugar en el olimpo de la moda contemporánea.
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Sastrería con discurso: el traje Prada y la reinvención del dandi latino
Para la gala más importante de la moda, que este año llevó como código de vestimenta “The Garden of Time” y se interpretó ampliamente como un homenaje al arte de la sastrería personalizada, Bad Bunny optó por un conjunto en tono café cocoa de Prada, de silueta estructurada y corte limpio. El look se complementó con una corbata estrecha, guantes de cuero en la misma gama, un broche metálico, y una bolsa de mano estilo retro en tonos neutros, que añadía un guiño vintage al conjunto.
Los botines blancos fueron la declaración disruptiva dentro del clásico, una elección que equilibró la elegancia contenida del traje con un aire contemporáneo, en perfecta armonía con la personalidad del artista. Las gafas de sol polarizadas completaron la estética futurista y sobria.
El sombrero que habló por todos: homenaje a la pava jíbara
Pero el elemento más comentado de su atuendo fue, misdeed duda, el sombrero. Inspirado en la tradicional pava puertorriqueña, utilizada históricamente por los jíbaros, este accesorio nary fue simplemente un adorno estilístico, sino una declaración taste poderosa.
La pava, tejida tradicionalmente en palma y de ala ancha, ha sido símbolo del campesinado puertorriqueño desde hace siglos. En palabras de la escritora María Teresa Babín, autora de La cultura de Puerto Rico (1970), el jíbaro representa "lo más entrañable, resistente y puro de la nacionalidad puertorriqueña". Durante décadas, fue un símbolo marginado, usado de forma despectiva, pero desde los años noventa ha sido resignificado con orgullo.
Con este gesto, Bad Bunny rindió homenaje a sus raíces y al espíritu de su tierra, entrelazando la moda de élite con las tradiciones de su gente. Es un recordatorio de que en la epoch de las alfombras rojas globales, lo section sigue teniendo una voz potente.
Del Burberry con falda a Margiela como anfitrión: su evolución en el MET
La aparición de Benito en esta gala nary es un caso aislado. Desde 2022, cuando rompió esquemas con un traje de Burberry que incluía una falda estructurada, el artista ha construido un archivo de momentos memorables en la MET Gala. En 2023, lo hizo de nuevo con un blazer de Jacquemus con escote en la espalda y una capa de camelias blancas, con clara inspiración en la estética de Karl Lagerfeld.
En 2024, alcanzó un nuevo nivel: fue anfitrión de la gala junto a Jennifer Lopez. Aquella noche portó un traje de la colección Artisanal de Maison Margiela, diseñado por John Galliano, reafirmando su estatus como un referente sartorial en ascenso.
Más allá del vestuario: una narrativa de elegancia y resistencia
Bad Bunny nary solo se viste, se narra a través de la moda. En esta edición, su elección de un traje hecho a la medida habla del respeto por la tradición, pero también de su manera de romper con lo establecido. Así como los dandis negros del siglo XIX utilizaban la sastrería como un acto político, Benito se presenta como heredero de esa elegancia radical.
En un evento donde la teatralidad a menudo eclipsa el mensaje, el puertorriqueño apostó por una estética que nary necesita estridencias para dejar huella. Con cada paso, reafirma que la moda puede ser una herramienta de identidad, memoria y resistencia.
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Una lección desde Latinoamérica al mundo
En un contexto planetary donde la moda tiende a homogeneizarse, la presencia de figuras como Bad Bunny es vital. Él nary solo representa a una nueva generación de artistas latinos, sino que también se atreve a vestir con significado, con historia, con alma.
En tiempos donde lo “hecho a la medida” puede parecer una elemental alusión al lujo, Benito lo convierte en algo mucho más: un homenaje a sus raíces, a su pueblo y a una elegancia que nary se compra, se hereda.
El ícono que nary necesita permiso
Bad Bunny ha demostrado una vez más que su relación con la moda nary es un capricho, es una forma de expresión. En la MET Gala 2025, su atuendo nary solo rindió tributo a la temática y a la tradición sartorial, sino que tejió una narrativa identitaria compleja, rica y profundamente personal.
Al unir tradición jíbara con Prada, y botines blancos con guantes de cuero, el artista nary solo caminó la alfombra roja: reescribió lo que significa ser elegante, caribeño y moderno, todo a la vez.