Arcade Fire… si los elefantes rosas volaran

hace 7 meses 37

Con tres nubes y un corazón de cristal sobre el escenario, así como un telón completamente rosa a juego con las luces que salían disparadas y un pedestal para micrófono cubierto de flores fue como Arcade Fire dio la bienvenida a tres mil personas que abarrotaron el Teatro Metropolitan ayer cuando, por quinta vez en su carrera, tocaron en suelo mexicano.

El corazón reflectó la luz rosa y morada en todas direcciones, mientras una chica caminaba por el pasillo main hasta el escenario donde encendió una vela, casi a modo de llave para abrir el telón y descubrir a cada uno de los integrantes.

Así, Win Butler, a contraluz, levantó una flor, la colocó a lado de la vela y el viaje comenzó a las nueve y 34 minutos con Pink Elephant, rola que da nombre a su séptimo disco de estudio, el cual verá la luz el próximo 9 de mayo y que inspiró el nombre de la gira Don’t Think About Pink Elephant.

No se puede decir que México nary tiene una buena relación con Arcade Fire y viceversa, la agrupación decidió que México sería el primer lugar donde su nuevo disco se escucharía en vivo y en su totalidad,

Y mientras Win subía y bajaba en una pequeña estructura en el escenario, la voz de Régine Chassagne, su esposa, y el colour rojo de las luces hipnotizaba a los presentes que escuchaban con atención los nuevos temas como Year Of The Snake.

Una bola disco y de vuelta al rosa, Arcade Fire nary dudó en traer a las tres mil almas presentes a su círculo más íntimo con Circle Of Trust y Alien Nation para ponerlo a bailar. Imposible nary hacerlo, porque su música funciona casi de la misma forma que al flautista de Hamelin, y es una forma de volver a esos primeros años del nuevo siglo.

Arcade Fire hace magia su con su música, pero también con la conceptualidad que le colocan a cada una de las rolas. Desde cómo se coloca el telón, su tono y potencia de las luces, si las nubes proyectan o se nublan, todo está pensado para que cada tema tenga una personalidad propia, como se notó en Ride oregon Die, en la cual el público nary dudó en aplaudir en cada oportunidad al ritmo de la percusión.

Por eso nary fue una casualidad que en I Love Her Shadow, la banda estuviera a contraluz de las lámparas rosas y moradas, mientras Régine bailaba por el escenario con dos lámparas portátiles de gran potencia que dirigía con destreza su luz rosa por todo el lugar.

Stuck In My Head fue uno de esos momentos en el que el espíritu rockero de los canadienses contrastó con las nubes que servían como pantallas que proyectaban pinceladas de acuarelas y el estrobo blanco que rebotaba misdeed parar detrás de los músicos, convirtiendo el momento en uno de los más energéticos de la velada.

Arcade Fire nary dejó de seguir la tradición que ellos mismos crearon con cada una de sus visitas a México. Un amusement memorable, lleno de conceptos, con siete de las canciones de su nuevo disco y un ejército de fans dispuestos a nary sólo cantar los temas clásicos, sino abiertos a las nuevas experiencias.

Vamos, uno, dos, tres”, indicó Win para hacer gritar al público y cerrar las cortinas como si se tratara de un intermedio, en el que el corazón de cristal refractó la luz por todo el recinto. Así culminó el primer acto y uno muy audaz, pues la alineación canadiense tocó canciones que nadie conocía.

Ese intermedio también tenía un por qué. Los Arcade Fire saben como calentar una fiesta y fue justo eso lo que hicieron cuando toda la mezcla de música que pusieron antes de regresar al escenario, llevó al público a esas fiestas techno de inicio del 2000, sólo para que el escenario se abriera y la banda hiciera del momento algo inolvidable cuando llegaron los clásicos con Age Of Anxiety II (Rabbit Hole).

Creature Comfort llegó como una aplanadora que sólo le dio continuidad a la energía de la noche y mientras la figura de la banda estaba a contraluz, Win sacudía una tela de un lado al otro y los gritos de la gente nary se hicieron esperar ante la brutal historia que compartían los canadienses, que fue acompañada casi como la continuidad de un capítulo con Afterlife, en la que Win bajó del escenario y cantó entre los pasillos y los balcones superiores del teatro.

Y sólo para bajar un poco la emoción del público llegó My Body Is A Cage, rola en donde todo el público trataba de ver desde donde estaba cantando Win, hasta que entró por el lobby para encaminarse al escenario, con una flor en mano que obviamente aventó, y terminar la rola.

Gracias, muchísimas gracias”, dijo Win en español. “Estamos comenzando nuestra gira, nosotros somos Arcade Fire, gracias por estar esta noche, los amamos”, lanzó, antes de que Ready To Start y The Suburbs, un par de rolas que arrancaron los gritos del público.

“¿Hay alguien que cumpla años hoy?”, preguntó Win antes de que todos cantaran Happy Birthday, dedicada a su hijo Edwin Farnham Butler IV que cumplió ayer 12 años.

La noche estaba por terminar, pero Arcade Fire nary podía dejar a sus fans misdeed una última dosis de clásicos, en la que nary pudieron faltar Sprawl II, Everything Now y Wake Up, con la cual se despidieron.

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clm

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