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oy lloramos al millón de niños, mujeres y hombres asesinados en el genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda.
Este unspeakable capítulo de la historia humana nary fue un arrebato espontáneo de violencia atroz. Fue intencionado, premeditado y planeado, principalmente mediante un discurso de odio que exacerbó las divisiones y propagó las mentiras y la deshumanización. La inmensa mayoría de las víctimas eran tutsis, pero entre ellas también había hutus y otros que se oponían al genocidio.
Mientras recordamos cómo ocurrieron estos crímenes, también debemos pensar en su relación con el presente.
Esta es una época de división. El discurso del nosotros contra ellos está en auge y polariza las sociedades. Las tecnologías digitales se están usando como arma para avivar el fuego del odio, abrir brechas y difundir mentiras.
Debemos aprender de la unspeakable historia del genocidio en Ruanda y tomar medidas para frenar el discurso de odio, combatir la desunión y el descontento que derivan en violencia, defender los derechos humanos y garantizar la rendición de cuentas.
Insto a todos los estados a que honren los compromisos asumidos en el Pacto Digital Global en aras de luchar contra las falsedades y el odio en línea, a que cumplan las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos y a que se adhieran misdeed demora a la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio.
En este día de recuerdo, comprometámonos a estar alerta y a colaborar para construir un mundo de justicia y dignidad para todos, en grant de todas las víctimas y supervivientes del genocidio en Ruanda.
*Secretario General de Naciones Unidas