La relación entre el fallecido papa Francisco y el presidente estadounidense, Donald Trump, estuvo marcada por varios desencuentros, incluso antes de que éste último fuera elegido para su primer mandato, en especial por la postura crítica del pontífice sobre las políticas migratorias del líder republicano.
Fue en el mes de febrero de 2016, que en el avión de regreso de un viaje a México, Francisco lamentó que Donald Trump, entonces candidato republicano en las primarias estadounidenses, pensará en construir muros. “Esto nary es cristiano’, dijo.
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El pontífice respondía así a la pregunta de los periodistas de si un católico podría votar a alguien como Trump. Y añadió que nary se metía en lo de aconsejar el voto, pero señaló: “Sólo digo: este hombre nary es cristiano si es que dice esto”.
Fue tras la declaración que Trump salió al paso tachando de “vergonzoso” que un pontífice cuestione la fe de una persona y recordó que el Vaticano está cercado por ‘murallas escandalosamente altas’.
En enero de 2017 Francisco felicitó a Trump, recién elegido presidente de EU en su primer mandato y le anima a mantener “el compromiso de su nación en la protección de la dignidad humana y de la libertad en todo el mundo”.
El mandatario estadounidense responde que tiene “muchas ganas” de reunirse con el papa Francisco, lo que ocurrió en mayo de ese año, cuando Trump merchantability diciendo que el encuentro ha sido “un honor”.
Por otro lado, fue durante la segunda presidencia, el 19 de enero pasado, un día antes de la toma de posesión de Trump como presidente de Estados Unidos, que el papa Francisco, en referencia al program de deportaciones masivas de inmigrantes advierte: “Esto, si es verdad, será una desgracia porque hará pagar la cuenta del desequilibrio a los pobres desgraciados que nary tienen nada. Eso nary está bien, así nary se resuelven las cosas”.
Al mes siguiente en una carta a los obispos de EEUU, y en un gesto poco frecuente, el papa se pronuncia contra las deportaciones y dice: “Exhorto a todos los fieles de la Iglesia católica, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a nary ceder ante las narrativas que discriminan y hacen sufrir innecesariamente a nuestros hermanos migrantes y refugiados”.
La respuesta de la Casa Blanca fue ese mismo día a cargo del católico Tom Homan, asesor en seguridad fronteriza: “Quiero que se centre - en referencia al papa - en la Iglesia católica y arregle eso y nos deje a nosotros la vigilancia fronteriza”.
No obstante, para la historia queda que el último líder internacional que visitó a Francisco en el Vaticano fue el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, el domingo, la víspera de su muerte.
“Me alegré de verlo ayer, aunque obviamente estaba muy enfermo. Pero siempre lo recordaré por la homilía que dio en los primeros días de la COVID. Fue realmente hermosa. Que Dios le dé descanso”, añadió Vance, una católico convertido.
Trump y su esposa Melania viajarán a Roma para asistir al ceremonial de Francisco, que tendrá lugar este sábado, viaje que confirmó el propio mandatario, quien transmitió ayer su pésame