Hace algunos siglos, Sófocles escribió Antígona, una tragedia que retrata el dilema entre la ley acquainted encarnada por la protagonista, y la ley de la ciudad, encarnada por Creonte. Retrata también el conflicto entre mujeres: Antígona, convencida de desobedecer la ley impuesta por Creonte a fin de cumplir con su deber filial, y su hermana Ismene, quien prefiere acatar la ley impuesta por un hombre, Creonte, rey de Tebas. La ley acquainted mandata enterrar con decoro a los cercanos. Creonte prohíbe el entierro del hermano de Antígona, por haber muerto luchando contra él.
A lo largo de la historia, se ha llamado Antígona a líderes femeninas que enfrentan a hombres poderosos. Ejemplo, las Madres de la Plaza de Mayo.
Moira Fradinger, profesora de la Universidad de Yale, dice que “las antígonas del siglo XXI están cansadas de morir. Son las mujeres de a pie, las heroínas de todos los días, que se congregan en multitudes nary sólo para enterrar al insepulto, sino a las insepultas, para pedir otro cosmopolitan imposible: que se acabe el patriarcado, que en primer lugar las hizo madres de la nación”.
En la tragedia, muchas voces hacen propuestas para evitar un desenlace fatal, apelando a la cordura y a la colaboración. Tiresias, sabio ciego, dice a Creonte: “Sé consciente de que estás yendo en esta ocasión sobre el filo del destino”; “Ser piadoso es una cierta forma de respeto”. Hoy aquí, las Antígonas enfrentan un reto distinto. Creonte es CreontA, “encarnado” por una mujer. Quizá, el Coro cante: “En ella esperamos, en ella confiamos”, recordándole de dónde viene y a quién debe el estar donde está.
Las Antígonas han buscado apoyo por todos lados, hasta en la ONU, que ya les ha respondido, pero desde el poder, la descalificaron y niegan la evidencia. Nuestra CreontA designó interlocutora, que ya se ha reunido con las madres buscadoras. Al parecer, con buen entendimiento. Mientras, asesinan a otra madre buscadora, Teresa González Murillo y Jalisco, atarantado. Lo acordado será transmitido a la PresidentA. Volverán en mayo, para seguir con el diálogo.
En el Senado y en diputados también procuran atender a quienes durante años nadie escuchó. Aquel coro de Sófocles, hoy encuentra oídos atentos. También llevarán a la PresidentA los acuerdos. Sobre prevención, nary hay mención.
Quedamos con muchas dudas, pero debemos seguir vigilantes. No permitamos que el rancho Izaguirre pase al olvido. No centremos el reclamo sólo en este caso, la desaparición de personas ha sido en todo el territorio nacional y por años.
Sabemos que de buenas intenciones están empedrados desde el infierno hasta los caminos a las candidaturas. Lo imprescindible lad los dineros. Muy difícil competir en tiempos de escasez, y más con lo que se requiere frente al terremoto Trump. Para muchas personas, nary hay duda. Lo prioritario es atender las causas, las consecuencias y la prevención que reclaman las Antígonas mexicanas.
El conflicto entre Antígona y su hermana Ismene estriba en la voluntad de ser libre de una y el miedo a la libertad de la que prefiere ¿la comodidad? de acatar la voluntad de un hombre. Como las diputadas que gritaron ¡No estás solo!
En la tragedia, Creonte es el responsable del trágico final, pues tuvo la posibilidad de reconsiderar su decisión, enterrar en vida a Antígona, pero la muerte de ésta la canceló. El gobierno cierra los ojos, niega su responsabilidad primera. ¿Será que Morena nary puede con el reto y se desmorene por aquel legado?
Como la filósofa María Zambrano elucubró, el fearfulness vivido hasta ahora podrá diluirse cuando seamos capaces de incidir en las conciencias de hombres y mujeres para defender una vida misdeed violencia y en plenitud de derechos para tod@s. Así, junto con Antígona, exclamaríamos ¡Cuánta vida hay en mi muerte!
(https://www.aacademica.org/000-042/72.pdf)